Tras la pandemia del coronavirus, el poder adquisitivo necesario para hacer frente a gastos rutinarios en España (como la vivienda o alimentación) es muy inferior al de la media de la Unión Europea, salvo en los servicios de telecomunicaciones (teléfono e internet), que son sensiblemente más caros que la media de la UE.
Así se desprende de los últimos datos a cierre de 2020 del coste de vida en los países de la UE publicados por Eurostat, que reflejan que la covid-19 ha modificado los hábitos de consumo y gasto de los hogares en la Unión Europea, aumentando la brecha entre los países en los que más caro resulta el nivel de vida, como Dinamarca, y aquellos en los que todo en general es más asequible, como Rumania.
En concreto, los niveles de precios de bienes y servicios de consumo son en Dinamarca un 41% más caros que la media de la UE, mientras que los de Rumanía son un 45% inferiores. España se sitúa por debajo de la media, en el décimo-segundo puesto, ya que la mayoría de sus bienes y servicios tienen un precio inferior.
Como se puede comprobar en el gráfico, los países más caros son Dinamarca, Irlanda y Luxemburgo; mientras que los más baratos son Polonia, Bulgaria y Rumanía.
Esta brecha no sólo es importante para entender el esfuerzo económico que requiere la vida en cada país y la necesidad de adecuar sueldos, sino que también "comprender las diferencias en los niveles de precios es importante en la comparación de datos económicos, como el Producto Interior Bruto (PIB), porque los precios relativos más altos podrían hacer que una economía parezca más saludable de lo que realmente es", explica Eurostat.
Las telecomunicaciones, especialmente caras en España
España presenta precios más bajos en casi todos los bienes. Las bebidas alcohólicas y el tabaco son el bien que resulta más barato en comparación con la Unión Europea. De hecho, estos productos son en España un 12,7% más baratos que en la media de la UE, lo que se explica en parte por la distinta tributación que tienen en otros países.
En cuanto al resto, los servicios de transporte son un 10,9% más baratos que en la media de la UE; los restaurantes y hoteles un 10,5% más baratos; la ropa y el calzado tienen un 7,8% menos de coste; el ocio y entretenimiento (incluidos packs turísticos) es un 6% más asequible; los alimentos son un 4,6% más baratos que la media; el transporte personal tiene un precio un 4% inferior; y los costes de la vivienda (que incluyen también los suministros de luz y agua) son un 2,1% menores que los de la media.
En el lado opuesto destaca el precio de los servicios de telecomunicaciones (teléfono, internet y también Correos), que son en España un 21,5% más caros que en la media de la UE.
De hecho, de los 28 países analizados por Eurostat, España es el décimo país que más cobra por estos servicios por detrás de Noruega, Grecia, Bélgica, Islandia, Suiza, Luxemburgo, Irlanda, Suecia y Países Bajos.
Más diferencias en los precios de los servicios por la mano de obra
La agencia de estadística europea explica que "la dispersión de precios es significativamente mayor entre los servicios que en los precios de los bienes, debido a la mayor participación de la mano de obra en los servicios y a la alta dispersión de los salarios entre los países".
Además, como ya contó Vozpópuli, el hecho de disponer de unas de las mejores redes de fibra del mundo así como el reducido número de operadores en el mercado de telecomunicaciones español contribuye a unos precios más elevados.
También superamos los precios de la media en muebles y equipamiento del hogar, cuyo coste es un 2,5% superior a la media.
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