La nueva política de Renault de separar sus negocios de coches de combustión y de eléctricos creando dos nuevas filiales –Horse y Ampere– está levantando ampollas entre los miles de trabajadores de Renault en España ante un cambio de empresa que preocupa por las consecuencias que podrían tener de cara a la fuerza que los sindicatos de los trabajadores han adquirido a lo largo de décadas.
La Confederación General de Trabajo (CGT) ya ha dejado clara su preocupación ante el traspaso de 3.400 trabajadores de Renault a la nueva filial Horse, una preocupación que llega por una división de la multinacional que restará poder a los trabajadores.
"Dividir a las plantillas restará fuerza a la acción sindical de los 7.900 trabajadores que están repartidos en los cuatro centros que hay en España", ha advertido la Confederación, que ha trasladado, en un comunicado, su preocupación por la decisión de Renault de prescindir de las factorías de mecánica y parte de I+D+I en España, y ceder 3.400 trabajadores a la nueva empresa, denominada Horse, que estará participada a un 50% por Renault y al otro 50% por la china Geely.
Esta nueva empresa, que cuenta con 12.000 empleados, de origen chino fundada en 1986 y dedicada al sector del automóvil, es la propietaria, en mayor o menor medida, de Smart, Mercedes-Benz, Lotus, Aston Martín o Volvo, entre otras, y va a adquirir el 50% de la nueva sociedad creada junto a Renault.
En principio, según ha informado la Dirección de Renault, no se van a producir despidos y los empleados simplemente cursarán baja en Renault para pasar a la nueva empresa. Sin embargo, para los sindicatos supone una manera clara de dividir una plantilla de más de 12.000 trabajadores en una empresa con una trayectoria de lucha sindical importante y también histórica en Valladolid, Palencia o Sevilla.
En el caso de Renault, que tiene principalmente cuatro plantas estratégicas en España (Valladolid, Palencia, Sevilla y las oficinas de Madrid), las labores relacionadas con el ámbito de la mecánica/motor pasarán a la nueva empresa china.
Esto significa que prácticamente la totalidad de los trabajadores de Sevilla –la planta dedicada a construir cajas de cambio– saldrá de Renault, y lo mismo sucederá con buena parte de los trabajadores de Motores de Valladolid, ciudad donde también se encuentran las fábricas de Carrocerías y Montaje de vehículos.
Respaldo al plan industrial
Además, han señalado que cuando se produzca el traspaso habrá dos fábricas cercanas haciendo lo mismo, las de montaje de Valladolid y Palencia, lo que puede tener consecuencias para las plantillas.
La organización ha recordado que a principios de 2021 se negoció un convenio, en el que se acordó asumir dos años de congelación salarial, y donde no se recuperó ni uno solo de los derechos perdidos, a cambio de acoger nuevos proyectos que asegurasen el futuro de Renault y el de sus plantillas.
Este plan fue respaldado por los sindicatos mayoritarios para asegurar el futuro de las factorías, pero, como señala CGT, "no ha impedido la puesta en marcha de cuatro ERTE, la eliminación de turnos, la congelación de los salarios y la futura división de la empresa, con una reducción del 30% de la plantilla de Renault.
“CCOO, UGT y SCP firmaron un convenio que supuestamente aseguraba el futuro de las plantillas de Renault, y la realidad es que apenas dos años después nos vamos a encontrar con una empresa divida y con la plantilla de Renault reducida un 30%", ha lamentado la CGT. "Decían que garantizaban el empleo y la continuidad de las fábricas, lo que no dijeron es que sería en otra empresa”, han agregado.
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