El Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha concedido en 2018 un total de 2.500 millones de euros en préstamos con los que se han financiado más de 41.440 operaciones, lo que supone un desplome hasta casi la mitad de lo que otorgó en el año anterior, 4.596 millones.
Se trata del volumen de financiación más bajo que concede esta entidad desde la década de los 90, ya que en los primeros años del nuevo milenio se presupuestaba anualmente una dotación de 3.000 millones para financiar operaciones empresariales.
¿Cómo funciona? El ICO concede préstamos a entidades financieras que tienen dificultades para acceder a la financiación y poder a su vez financiar proyectos empresariales, por lo que ha sido especialmente importante durante los años de la crisis económica.
Se constituyó en el año 1993 y cada año contaba con una dotación de 1.000 millones de euros para financiar proyectos, una cuantía que ya ascendía a 3.000 millones en los primeros años de los 2000, según han confirmado a Vozpópuli fuentes del Instituto.
Esta cantidad fue aumentando de forma progresiva: en 2005 se concedieron 4.000 millones de euros, en 2006 un total de 7.263 millones y en 2007 se dieron 8.770 millones.
Ese año, el estallido de la crisis económica disparó los préstamos concedidos por el ICO ante las dificultades que atravesaban las entidades bancarias: su volumen de crédito pasó de los 7.395 millones en 2008 a los 19.000 millones en el año 2010.
El récord se batió en el año 2012, cuando el ICO concedió 27.532 millones y registró un beneficio después de impuestos de 60 millones de euros, según datos recopilados por el Ministerio de Hacienda.
Caída brusca con la recuperación
Con la recuperación económica el volumen de crédito del ICO se redujo drásticamente, ya que pasó de los 21.469 millones concedidos en 2014 (un año en el que tuvo beneficios de 73,8 millones de euro) a los 4.681 millones de euros en 2016 y 4.594 millones en 2017.
Sin embargo, la caída que se ha producido en 2018 ha sido aún más pronunciada, agudizada por las condiciones de financiación, ya que los tipos de interés en el entorno del 0% que mantiene el Banco Central Europeo (BCE) han inundado de liquidez a las entidades financieras, que tienen muchas facilidades para financiarse.
El ICO no dispone de sucursales, sino que ofrece sus préstamos a través de las redes bancarias. Cuando los bancos tienen fácil acceso a la financiación, optan por colocar sus propios préstamos en lugar de ofrecer los del ICO, de ahí el descenso que se ha producido en el último año.
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"No es que las condiciones que ofrece el ICO (por ejemplo en cuanto a tipos de interés) no sean competitivas", justifican fuentes de esta institución, que insisten en que su labor es complementaria a la de los bancos, por lo que si la salud de la economía es robusta y los tipos de interés son bajos es comprensible que caiga la financiación que da esta institución.
Al caer el volumen de préstamos que concede el ICO se reducen también sus beneficios, aunque la institución no ha desglosado este año sus resultados.
La caída de la actividad ha llevado al ICO a flexibilizar y mejorar su oferta de cara a 2019, con el objetivo de "ofrecer un valor añadido" respecto a los productos de la banca comercial.
En concreto, financiarán actividades empresariales en plazos de uno a 20 años, ampliarán los periodos de carencia al cliente para las operaciones formalizadas a un plazo superior a diez años y fomentarán la internacionalización de las empresas españolas.
También se implantarán medidas para simplificar la tramitación, los procedimientos y la gestión de las operaciones.
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