Finalmente habrá Presupuestos para 2017. El Gobierno se ha decidido a aprobarlos el viernes 31 de marzo, a pesar de lo que se ha especulado con la posibilidad de que las cuentas nunca llegaran a ver la luz. El viernes se aprobarán en el Consejo de Ministros y el martes 4 se presentarán en el Congreso de los Diputados, en la tradicional rueda de prensa que da el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, escoltado por sus primeras espadas.
Todo apunta a que las negociaciones van a ser duras, pero parece que el Gobierno ha conseguido finalmente dejar atados los apoyos para salvar los grandes escollos de los próximos meses. Eso sí, las votaciones van a ser muchas y muy ajustadas y cualquier acontecimiento que haga tambalear los apoyos políticos del PP puede provocar un vuelco en la situación y llevar, incluso, a la convocatoria de elecciones.
El primer gran obstáculo será el debate a la totalidad. Los partidos de la oposición presentarán sus enmiendas y tendrán que conseguir apoyos suficientes para sacarlas adelante. Pero la aritmética parlamentaria aboca a un empate en todas las votaciones, lo que supondría, de hecho, el rechazo a todas estas enmiendas. El voto en contra de PP, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria parece suficiente para tumbarlas.
Superado ese primer escollo, empezará el debate de las enmiendas parciales en Comisión, que incluye posibles vetos a secciones concretas del Presupuesto que, si salieran adelante, enmendarían todo el proyecto de ley. Pero la misma aritmética parlamentaria de antes serviría al Gobierno para salirse con la suya. Eso sí, serán muchas votaciones y todas muy ajustadas. El PP tendrá que asegurarse que estas formaciones mantienen su rechazo a los vetos durante un tiempo.
El escaño clave
La situación se complicará un poco cuando las cuentas finalicen su trámite en Comisión y el dictamen tenga que pasar por el Pleno. Hasta este momento, el PP solo necesitaba que los grupos rechazaran los vetos de la oposición, pero ahora tendrá que recabar los apoyos necesarios para sacar adelante dicho dictamen. Y esto exige un voto más que las anteriores ocasiones. De ahí las reuniones que mantuvo la semana pasada el ministro con el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, cuyo escaño resulta clave para salvar las cuentas.
Y las negociaciones van por buen camino. Así que parece que el Gobierno tiene las votaciones atadas y todo apunta a que los Presupuestos saldrán adelante, pero la tramitación será larga y los apoyos son justos y frágiles. De hecho, la relación con Ciudadanos ha empeorado mucho en los últimos días después de que el Congreso tumbara la liberalización de la estiba, lo que hizo que el PP se llevara un golpe parlamentario sin precedentes desde 1979.
El empleo público y la mejora de la financiación a las comunidades van a ser las grandes armas de negociación del Gobierno
Eso sí, el Gobierno tiene muy claro cuáles van a ser sus principales armas de negociación: el empleo público y la mejora de la financiación a las comunidades autónomas. Y si las cuentas no salen adelante, será por culpa de los grupos que no han querido apoyar estas mejoras. También quiere presionar un poco al PSOE por si hay alguna posibilidad de que apoye los Presupuestos o hacer que asuma públicamente el rechazo a estos dos potentes argumentos.
Y es que Montoro ha llegado a un acuerdo con los sindicatos para incluir en los Presupuestos de 2017 y años sucesivos una oferta de empleo histórica y extraordinaria para solucionar el problema de la temporalidad. En concreto, convocará una oferta específica de entre 250.000 y 300.000 empleos en los próximos cuatro años para solucionar el problema de los interinos. Esta oferta se unirá a la ordinaria de cada ejercicio, lo que supondrá, en la práctica, una macrooferta de empleo público anual de unos 100.000 puestos cada año hasta 2020.
Las cuentas de 2018
Además, planteará una subida salarial a los funcionarios de, al menos, el 1%, para igualar la ofrecida en 2016. Y más financiación para las comunidades autónomas, que lograron cumplir su objetivo de déficit el año pasado por primera vez en la crisis económica. No hay que olvidar que el PNV y los canarios van a ser grupos clave para sacar adelante las cuentas y la financiación es muy importante para ellos.
Y así es como espera Montoro sacar adelante sus cuentas. Parece posible que lo consiga, pero no lo tendrá tan fácil cuando quiera empezar a tramitar el Presupuesto de 2018. Para entonces ya se habrá resuelto la situación del Partido Socialista y las cosas pueden cambiar mucho en función de quién salga elegido para capitanear el principal partido de la oposición. Hay mucho en juego. Si hay que prorrogar las cuentas de 2017 puede que también haya que convocar elecciones.
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