Economía

Presupuestos 2017: La batalla de Montoro para evitar otras elecciones

El ministro quiere darse tiempo para conseguir los apoyos suficientes y evitar sustos en la votación. Sabe que si las cuentas no salen, España se verá abocada inevitablemente a otros comicios.

La legislatura empezó hace un par de meses, pero la verdadera negociación, la que va a determinar el tiempo del Gobierno de Mariano Rajoy, empieza ahora. Hasta el momento, al Ejecutivo le ha resultado relativamente fácil conseguir el apoyo del PSOE para empezar a caminar, pero los pasos que hay que dar en 2017 no serán tan sencillos. El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, tendrá que centrar todos sus esfuerzos en conseguir los apoyos necesarios para sacar adelante el nuevo Presupuesto. Si no lo consigue, España se verá abocada inevitablemente a otras elecciones.

Montoro lo sabe y por eso quiere darse tiempo y no imponer plazos a los pactos. El PSOE sigue negando de plano el apoyo al Presupuesto, a pesar de que sí apoyó el techo de gasto, y el ministro quiere más tiempo para convencer a los socialistas. No importa que el Presupuesto llegue tarde, lo importante es que llegue. Y que se someta a una votación en el Parlamento con los apoyos asegurados. Es la única forma de evitar sorpresas de última hora y un rechazo que podría suponer el fin del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

No sería la primera vez que ocurre en España. En el año 1996 el presidente, Felipe González, se vio obligado a convocar elecciones después de que el líder de CiU en aquellos años, Jordi Pujol, le negara el apoyo a los Presupuestos por las dificultades económicas del momento y los escándalos del Partido Socialista. Y es que la Ley de Presupuestos es, sin duda, la más importante del año y si un Gobierno no la saca adelante, difícilmente puede mantenerse en el poder.

Las cuentas no se aprobarán en el Consejo de Ministros hasta finales de enero o principios de febrero y después se llevarán a las Cortes

En este escenario, las cuentas no se aprobarán hasta finales de enero o principios de febrero, a pesar de que Montoro presumía de tenerlas listas cuando estaba en funciones. Días después de que pasen por el Consejo de Ministros tendrán que presentarse en el Congreso y se pondrá fecha al debate de totalidad. Ése es precisamente el trámite que teme Montoro, y donde quiere evitar el rechazo del Presupuesto que tan caro podría salir al Gobierno.

De las palabras de Rajoy del viernes, en la rueda de prensa en La Moncloa para hacer balance del año 2016, se puede entender que el Ejecutivo ya cuenta con el apoyo de Ciudadanos y los canarios, pero no del PSOE. Lo cierto es que al PP le gustaría contar con el principal partido de la oposición para tener un apoyo fuerte a su proyecto, pero le basta con conseguir al PNV para rechazar todas las enmiendas de totalidad y evitar la devolución de las cuentas.

Si las cuentas superan el debate de totalidad, empezará el debate de enmiendas parciales y es ahí donde el Partido Socialista sí está dispuesto a retratarse para conseguir introducir cambios en la norma. Puede que ofrezca su apoyo al PP en algunas votaciones si, a cambio, respalda sus propuestas. El Presupuesto tendrá que pasar también por el Senado, pero allí el PP tiene mayoría absoluta y la tramitación será más sencilla. Lo cierto es que superado el paso por la Cámara Baja, las cuentas se pueden dar por aprobadas. 

El sueldo de los funcionarios, en el aire

Pero si tenemos en cuenta que tradicionalmente la tramitación del Presupuesto dura al menos tres meses, puede que el de 2017 no vea la luz hasta el mes de mayo, aunque después se aplicaría con carácter retroactivo. La negociación se avecina complicada y tediosa, y el Gobierno tampoco tiene mucha prisa en sacarlo adelante. Los Presupuestos de 2016, ya prorrogados, son un parapeto de seguridad, como dijo el propio Rajoy la semana pasada.

Lo que está claro es que ésta será sin duda la gran batalla que tendrá que librar Montoro en los próximos meses. Y es cierto que no corre mucha prisa y que ya se han aplicado algunos cambios como la subida de las pensiones o del SMI, pero también quedan grandes temas pendientes, como los sueldos de los funcionarios, el Iprem (el indicador que sirve de referencia para calcular la mayor parte de las ayudas públicas) o la inversión del año que viene. 

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