El Gobierno dio un giro de 180 grados la semana pasada cuando vio que el PP iba ganando la batalla fiscal y pasó de anunciar una catarata de subida de impuestos a plantear que también habría rebajas para rentas bajas, que lo que requería a los que más tienen, lo devolvía a los que más lo necesitan. Con la salvedad de que la subida de impuestos ronda los 9.000 millones y el jueves anunció una rebaja del IRPF de 1.800 millones, mientras se niega a deflactar la tarifa con la inflación desbocada y unos ingresos récord.
La improvisación de esta rebaja en la reducción de rendimientos del trabajo en el IRPF, que extiende la que hizo Cristóbal Montoro en 2018, ha quedado en evidencia este jueves en la presentación del proyecto de Presupuestos en el Congreso. El presupuesto de beneficios fiscales no la contiene, según ha reconocido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, porque no ha dado tiempo a incluirla. Es decir, este presupuesto estaba hecho ya cuando la semana pasada se planteó esta medida.
El citado presupuesto de beneficios fiscales en el IRPF prevé 906 millones de euros en la reducción por rendimientos del trabajo, un 3% menos que lo que se presupuestó para 2022, y según ha admitido Hacienda, habrá que sumarle en principio los 1.565 millones que ha estimado que impactarán en 2023 de la rebaja, de un total de 1.881 millones previstos entre el año que viene y el siguiente.
Esta rebaja tiene problemas técnicos, como ha avanzado Vozpópuli, ya que establece un tipo marginal efectivo disparado para rentas entre 15.000 y 21.000 euros, con lo que Hacienda se quedará con el 51% de cada euro que se les suba.
Tampoco se ha incluido otra medida que se incorporó incluso más tarde, todo apunta que el lunes o entre el lunes y el martes, a instancias de Podemos: la extensión de la deducción por maternidad, que también creó Montoro, en este caso, en 2003, como deducción de 100 euros al mes o 1.200 euros al año para madres trabajadoras con hijos de hasta tres años.
El cheque de crianza, desde enero
Pues bien, lo que se anunció el martes es que se trata de un cheque de crianza, también de 100 euros, para madres con algún tipo de relación contributiva, es decir, que estén cobrando el paro o que hayan trabajado el meno un mes al año. Se trata e una extensión del beneficio fiscal, no de una prestación.
La deducción por maternidad en el IRPF vigente se presupuestó en 1.005 millones de euros para 2022 y en el presupuesto de beneficios fiscales del proyecto de Presupuestos de 2023 presentado este jueves se prevén 953 millones para el año que viene, un 5,2% menos.
La ministra ha aclarado que su ampliación, el nuevo cheque de crianza, la medida estrella de Podemos en la negociación presupuestaria, costará unos 200 millones de euros, con lo que esta partida deberá actualizarse al entorno de 1.153 millones.
Sin embargo, según ha explicado Montero, esta medida se va a desarrollar en la Ley de Familias, que todavía no ha llegado siquiera al Consejo de Ministros en primera vuelta, y que entrará en vigor el 1 de enero sin que esté aprobada la ley. La ampliación de este beneficio se ha incluido en el articulado del proyecto de Ley de Presupuestos.