El crudo prolongaba su desplome el miércoles, perdiendo un 4% y tocando un mínimo de más de un año, ya que la inquietud por Credit Suisse asustaba a los mercados mundiales, contrarrestando las esperanzas de una recuperación de la demanda petrolera china.
Las primeras señales de un regreso a la calma y la estabilidad se desvanecieron después de que el mayor inversor de Credit Suisse dijera que no podía proporcionar más asistencia financiera a la entidad helvética, provocando la caída de sus acciones y de otros valores europeos.
"Los temores de contagio claramente están ganando terreno", dijo a Reuters Tamas Varga, de la correduría PVM. "Como resultado, el dólar está más fuerte y las acciones se están debilitando: malos augurios para el petróleo".
"Credit Suisse y los temores bancarios más amplios están pesando mucho en la confianza", dijo a Reuters Craig Erlam, de la correduría OANDA. "El panorama es de repente muy incierto y eso está golpeando los precios del petróleo a corto plazo".
Pese a este golpe, las previsiones son positivas para el petróleo, gracias a las perspectivas de mejora de la demanda china, que "sirvió de apoyo, aunque los inversores siguen preocupados por una crisis financiera en cascada tras el reciente hundimiento de varios bancos estadounidenses", dijo Toshitaka Tazawa, analista de Fujitomi Securities Co Ltd, señalando que se está vigilando de cerca si el WTI puede mantenerse por encima de los 70 dólares el barril.
El martes, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) elevó aún más su previsión de crecimiento de la demanda china de petróleo en 2023 tras la relajación de las restricciones por el COVID-19 del país, aunque mantuvo estable la perspectiva total de la demanda mundial, señalando posibles riesgos a la baja para el crecimiento mundial.
Las refinerías chinas procesaron un 3,3% más de crudo en los dos primeros meses de 2023 en comparación con el mismo periodo del año anterior, según mostraron datos oficiales el miércoles, impulsadas por la política de exportación de combustible y el procesamiento de las refinerías independientes, ya que el levantamiento por parte de Pekín de las restricciones pandémicas llevó a una mejora de los márgenes para el combustible de transporte.
La recuperación de la demanda china es alcista para los precios del petróleo, afirmó Stefano Grasso, gestor de carteras de 8VantEdge en Singapur. "El consenso es que el equilibrio entre la oferta y la demanda de petróleo se estrechará en el segundo semestre, impulsado por el repunte de China, a menos que se produzca una grave recesión mundial", añadió.
Estas son las previsiones de demanda china de petróleo que maneja Goldman Sachs:
Morgan Stanley elevó recientemente en un 36% estimación de crecimiento de demanda petrolera para 2023, aunque recortó su previsión del precio del Brent a 90-100 dólares por barril desde los 100-110 dólares anteriores.
La actividad económica de China repuntó en los dos primeros meses de 2023 gracias a que el consumo y la inversión en infraestructuras impulsaron la recuperación tras la perturbación provocada por la pandemia, a pesar de los retos que plantean la debilidad de la demanda mundial y la persistente desaceleración del sector inmobiliario.
El abandono por parte de China de los controles de COVID-19 a finales de 2022 ha revigorizado una economía de 18 billones de dólares que ha sufrido una de sus tasas de crecimiento más bajas en casi medio siglo, y los analistas esperan que el impulso mejore aún más en los próximos meses.
En cuanto al gas, Goldman Sachs estima que los precios europeos del gas natural crezcan hasta final de año y sigan subiendo hasta 2024. Según el banco estadounidense, la recuperación de la demanda seguramente endurezca el mercado. En concreto, el banco espera que el precio del gas aumente a 110 euros en el tercer trimestre.
"Vemos un riesgo al alza para los precios a finales de este año y, en particular, en 2024", han señalado los analistas de Goldman Sachs. El ahorro de energía y el reemplazo de Europa de los envíos rusos por gas natural licuado han disminuido la crisis energética de la zona euro. A pesar de ello, el suministro de gas mundial continúa siendo muy escaso, y los analistas de Goldman alertan que habrá un prolongado déficit estructural.
Se espera, además, que la producción rusa de petróleo y gas disminuya en 2023, dijo el miércoles el ministro de Energía, Nikolai Shulginov, ya que Moscú se ve presionado por las restricciones occidentales y la falta de compradores europeos.
Rusia ha reducido drásticamente sus exportaciones de energía desde que envió tropas a Ucrania hace poco más de un año, en parte debido a las sanciones occidentales y al precio tope occidental del petróleo ruso.
Si bien ha logrado desviar parte de su petróleo a compradores importantes como India y China, Moscú dijo en febrero que reduciría la producción en 500.000 barriles por día en respuesta al tope de precios.
"En 2023 para el petróleo, esperamos que el nivel sea ligeramente más bajo, en parte debido al recorte voluntario de la producción", dijo Shulginov en un discurso ante el parlamento, la Duma estatal, según la agencia de noticias TASS. “El nivel de producción de gas seguirá descendiendo, tanto por la retirada del mercado europeo como por la reorientación de los flujos energéticos”.
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