En el madrileño barrio de Canillejas se encuentra el llamado Sillicon Alley madrileño. Se trata de un conjunto de infraestructuras criadas a los pechos de Telefónica, que en su día decidió montar su red troncal en la zona.
La obligación de estar cerca del que hasta no hace muchos años era el único operador de telecomunicaciones del país hizo que las empresas de tecnología, y posteriormente otros operadores dependientes de la red de Telefónica -Vodafone y Orange-, se instalaran lo más cerca posible de la compañía azul.
Hoy es un conglomerado de empresas de diversa índole dentro del sector tecnológico, que encontraron en el suelo de la que otrora fuera una zona industrial un laberinto de conexiones eléctricas apropiada para su negocio.
La irrupción de la nube y servicios como Google, Facebook, Facebook o Amazon ha generado una ingente necesidad de almacenamiento de datos y, por ende, la necesidad de una ingente cantidad de energía
Eso fue hace varias décadas, pero todo es finito, y esa red que en su día alimentó a las empresas es insuficiente. Es ahí donde vienen los problemas. Muchas de esas empresas que dan color a Sillicon Alley se dedican al negocio de los centros de datos. Es el caso de Interxion, Global Switch o Equinix.
Poseen edificios con cientos de servidores cuya dependencia energética es altísima. La irrupción de la nube y servicios como Google, Facebook, Facebook o Amazon ha generado una ingente necesidad de almacenamiento de datos. Piensen en cualquier servicio que utilicen. WhatsApp, Google Maps, Wallapop, Airbnb, Instagram... Todos esos datos están almacenados en servidores, y cada servidor necesita ser alimentado con electricidad.
Las previsiones, además, apuntan a que el crecimiento en las necesidades de datos serán cada vez mayores. Para dar respuesta a esa demanda, para generar negocio, es necesario crear nuevos CPD (Centros de Procesamiento de Datos).
"Vivimos en continua incertidumbre. En la zona del Silicon Alley dependemos de Naturgy, que es la distribuidora. Al solicitar una determinada potencia es donde empieza la espiral interminable. Oficialmente te dicen que tardan dos meses en valorar si es posible dar esa potencia, pero luego te exigen documentación. La entregas, y la cosa se vuelve a alargar. No sabemos si la respuesta va a ser positiva o negativa, o si van a poder darnos la potencia que pedimos, y es por ello que no podemos planificar el desarrollo de los CPD", explica Robert Assink, Robert Assink, director general de Interxion en España, una de las empresas con mayor peso en el sector de los centros de datos en España, con instalaciones en el Silicon Alley.
Las previsiones apuntan a que el crecimiento en las necesidades de datos serán cada vez mayores. Para dar respuesta a esa demanda, para generar negocio, es necesario crear nuevos Centros de Procesamiento de Datos
Una aseveración reflejada en un estudio realizado por DE-CIX, operador de puntos de intercambio de Internet también con presencia en Sillicon Alley, y Delfos Research.
"El año pasado realizamos un estudio que analizó las oportunidades y desafíos a los que se enfrenta Madrid para llegar a convertirse de facto en un auténtico ‘hub’ digital para el sur de Europa. A pesar de que la ciudad se encuentra en una situación privilegiada el informe revelaba que hay margen de mejora en la infraestructura de la ciudad, concretamente en el área energética. Como la llegada de los centros de datos a Madrid no estaba prevista en la planificación de su infraestructura energética, la red eléctrica no contempla las crecientes demandas de los centros de datos. Esto puede generar un desequilibrio entre el tiempo que requiere la construcción de nuevos centros y el aumento de la capacidad de la red eléctrica", explican desde la empresa.
La respuesta de las eléctricas
Iberdrola y Naturgy se defienden. Aseguran que se trata de un sector regulado por el Gobierno, y que hay trámites que deben cumplir cumplir.
"Interxion nos ha pedido ahora presupuesto para tres ubicaciones diferentes en el Silicon Alley. Hablamos de tres ubicaciones, por lo que lógicamente los trámites se alargarán más que si fuera uno. El sector de la energía está regulado y se requiere de documentación concreta para cada punto de suministro o incremento de potencia. Son empresas que gradualmente piden más electricidad y esto supone el requerimiento de nueva información. En cuanto a Global Switch, tenemos dos expedientes caducados de 2018. Pidieron suministro por la zona, por lo que se les requirió cierta documentación, pero nunca llegaron a aportarla", explican desde Naturgy.
La comercializadora de Iberdrola, i-DE, asegura que "la actividad de distribución de Iberdrola está atendiendo desde el punto de vista de la red eléctrica todas las exigencias de crecimiento de Madrid, que están siendo muy relevantes por el número de nuevos desarrollos y proyectos en la ciudad. Las solicitudes de incremento de potencia son gestionadas con agilidad y cumpliendo los plazos exigidos por la legislación a las distribuidoras. Hay que tener en cuenta que la ley establece que del coste de las solicitudes de incremento de potencia pequeñas se hacen cargo las compañías distribuidoras, sin embargo las potencias grandes deben ser asumidas por el licitante, que debe hacerse cargo del coste de esa infraestructura. Asimismo, por la relevancia de estas actuaciones, se requiere completar un proceso administrativo para acometerlas, con los plazos y trámites que establece la normativa local".
No es el coste eléctrico
Las quejas de las empresas de Silicon Alley no son por el precio de la electricidad, pese a lo que se podría pensar. "El precio es el mismo que se paga de media en Europa", explica Assink, de Interxion.
Añade que "no podemos comprar un terreno si no sabemos si tiene posibilidad de tener suministro y qué potencia nos pueden brindar. Nos piden planos de obra y memorias técnicas, algo que no podemos tener sin saber si se puede o no tener suministro. Son cosas que pueden costar 50.000 euros, cantidad que no podemos gastar si no sabemos si habrá o no electricidad. A veces estas gestiones tardan años en resolverse. Son muchos interrogantes que una empresa no puede gestionar", remarca Assink.
Además, está el problema del crecimiento del suministro. No es suficiente sólo con ofrecer potencia a una instalación, aseguran desde el sector. Se debe garantizar la posibilidad de que ésta se incremente cuando sea necesario.
España cuenta con una gran oportunidad de situarse como punto estratégico dentro del mapa de conectividad global por la posición geográfica privilegiada de la península Ibérica
"No existe un mapa con capacidades eléctricas. Para conocer e identificar las zonas en las que podemos crecer o instalar un nuevo centro hay que presentar un proyecto a la compañía distribuidora para cada una de las zonas que pueden ser objeto de nuestra selección. El crecimiento es difícilmente predecible, por lo que hay que tener bien claro que una vez identificada un área con una determinada capacidad de potencia, ésta debe ser capaz de cubrir futuras demandas. En numerosas ocasiones nos encontramos que para poder crecer hay que hacer extraordinarias inversiones en traer potencia de muy lejos a intensidades de voltaje bastante altas que luego habrá que transformar en los centros. Estos costes son muy elevados y corren a cargo de los centros de datos", explica Markel Gruber, director general Global Switch en nuestro país, otro de los actores de referencia en el ámbito de los CPD.
La situación privilegiada de España
Todo esto puede provocar que Madrid pierda una oportunidad de oro para convertirse en un punto de referencia de los centros de datos en el mundo. Su situación estratégica es clave. "España cuenta con una gran oportunidad de situarse como punto estratégico dentro del mapa de conectividad global. Nuestro país está viviendo el desembarco de nuevos proveedores de servicios en la nube, e instalaciones de colocación de servidores e interconexión, como es el caso de la llegada de Equinix en 2017. Esta tendencia responde a la posición geográfica privilegiada de la península Ibérica, que sirve de punto de unión entre Europa, África, Norteamérica y Latinoamérica, además de nuestros lazos culturales con el otro lado del Atlántico y la llegada de nuevos cables submarinos a la península", apunta Ignacio Velilla, responsable de Equinix en España.
La agilidad para aumentar o reducir la capacidad energética es otra de las principales demandas de los centros de datos
Velilla también hace referencia al problema de suministro energético. "España tiene la oportunidad de erigirse como un hub de interconexión, donde el suministro eléctrico supondrá un factor de gran relevancia a la hora de que las empresas locales lleven a cabo estrategias de digitalización de sus procesos y las empresas internacionales apuesten por el mercado español. Equiparar ayudas a la hora de solicitar suministro eléctrico con nuestros vecinos europeos y agilizar los procedimientos de instalación nos servirán para seguir creciendo, atraer nuevas compañías internacionales que quieran operar en España y continuar avanzando en el proceso de transformación digital de las empresas españolas", subraya.
La solución
El informe realizado por DE-CIX con Delfos Research propone varias líneas de actuación. En primer lugar, la infraestructura energética debería ser fiable y garantizar el suministro ahora y en el futuro. Pero hay más.
"La agilidad para aumentar o reducir la capacidad energética en función de las necesidades es otra de las principales demandas de los centros de datos. Los distribuidores de energía deberían contemplar una flexibilización de los contratos. Estos esfuerzos deberían ir acompañados de una simplificación de los trámites administrativos que permita agilizar el suministro, que además debería permitir que sea en base a energías renovables. Además, el coste eléctrico representa una gran parte de los costes operacionales de un centro de datos, factor que puede limitar el atractivo de la región para futuros centros de datos, por lo que hay que tenerlo siempre en cuenta". remarca Theresa Bobis, directora regional del sur de Europa de DE-CIX.
Vozpópuli contactó con Sillicon Alley Madrid, asociación que defiende los intereses de las empresas de Centros de Datos en la capital, con el fin de recoger su punto de vista, pero Agustín Sánchez, su presidente, declinó hacer declaraciones.
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