El PSOE ha hecho ya pública su enésima renuncia y ha vuelto a recular. Ya lo hizo con la publicación de los nombres de la amnistía, la creación del impuesto a la banca y el regreso al IPC como único elemento para revalorizar las pensiones. Y ahora lo hace con el Impuesto de Sociedades. El tipo mínimo del 15% que iba a establecer sobre el resultado contable de las empresas, se aplicará finalmente a la base imponible, lo que reducirá considerablemente su impacto.
La diferencia es grande. El resultado contable muestra lo que una empresa gana o pierde al sumar todos los ingresos y gastos en todos los países en los que opera. Y la base imponible es la cifra que resulta tras aplicar a ese resultado las deducciones y desgravaciones del Impuesto de Sociedades. Esto hace que la base imponible del impuesto sea siempre considerablemente menor que el resultado contable, por efecto de las deducciones.
Por ejemplo, según los técnicos del Ministerio de Hacienda, el tipo medio efectivo que pagan hoy en día las grandes empresas en función de la base imponible se situó en el 19% en 2016. Por encima del 15% que quiere fijar el Gobierno. Y el tipo medio sobre el resultado contable no llega al 7%. Es cierto que estos datos son medidas y que hay empresas que hoy por hoy pagan cero impuestos, así que la medida del PSOE mejoraría algo la recaudación, pero ni de lejos lo que quería hacer el PSOE antes de llegar a La Moncloa.
Generará pocos ingresos
Y es que en el programa alternativo que diseñó cuando aún era oposición, el tipo mínimo del 15% se iba a aplicar sobre el beneficio de los grupos multinacionales e iba a aportar unos 4.000 millones. Hoy esa propuesta se ha diluido bastante y la cifra de recaudación prevista también lo hará. Según los técnicos, es imposible calcular lo que podría aportar a estas alturas, pero ni de lejos se acercará a los 4.000 millones. Desde luego, afectará a muy pocas empresas, casi todas grandes, eso es cierto, pero es difícil que aporte grandes ingresos.
Además, la medida que pretende aplicar ahora el PSOE difícilmente conseguirá lo que pretendía inicialmente el partido: reducir la brecha que hay actualmente en España entre los beneficios de las grandes empresas y lo que aportan a las arcas públicas. El gráfico que publicó recientemente en Twitter el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, pone sobre el papel estas diferencias.
Con datos definitivos de recaudación AEAT, actualizo en gráfico adjunto cálculos de la @AIReF_es, y se confirma que, en términos reales, el Impuesto de Sociedades devengado todavía no ha alcanzado en 2017 el nivel de 1999, mientras que el resultado contable se ha mas que doblado pic.twitter.com/oNjw0kkhbM
— José Luis Escrivá (@joseluisescriva) September 5, 2018
Si nos fijamos en el gráfico, el resultado contable de las empresas es bastante superior a la base imponible que resulta al aplicar las deducciones. Y la brecha, lejos de reducirse, se ha ampliado en los últimos años. Sin embargo, hay que reconocer que gran parte de esta diferencia se explica por la exención de los dividendos obtenidos por las compañías españolas en sus negocios en el extranjero, una medida que también está en estudio y que Unidos Podemos quiere eliminar del sistema.
La rebaja a las pymes afectará solo al 0,5% de estas empresas y les ahorrará solo 36 millones
Otra medida que se queda bastante descafeinada es la rebaja del tipo del 25% al 23% a las pymes que facturan hasta un millón de euros. Según los técnicos, solo afectará a 7.200 empresas (el 0,5% de las que tienen este nivel de facturación) y les ahorrará unos 36 millones en impuestos. Para el 95,5% restante, la rebaja no tendrá ningún impacto porque muchas registran pérdidas (el 74,1%) o porque aplican las deducciones o las compensaciones de cuotas por pérdidas de cooperativas que agotan la cuota líquida.
En cambio, la supresión del impuesto del 7% a la generación, vigente desde 2012, que anunció este miércoles la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, generará al Estado un agujero mayor del que espera el Gobierno. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha cifrado en 1.000 millones la merma en la recaudación, pero los técnicos creen que el agujero rondará los 1.500 millones.
Otros giros del Gobierno
No es la primera vez que recula el PSOE desde que ha llegado a La Moncloa. Cuando llevaba poco más de diez días en el Gobierno, el Ejecutivo reconoció públicamente que no publicaría los nombres de la amnistía fiscal. Cuando llevaba menos de un mes dijo que no derogaría la reforma laboral, que solo haría pequeños retoques. A principios de septiembre admitió que no crearía un nuevo impuesto a la banca y hace unos días renunció a recuperar el IPC como único método para revalorizar las pensiones.
Ahora le ha tocado a los impuestos. Ya contamos en Vozpópuli que la negociación fiscal con Unidos Podemos se estaba complicando mucho por la moderación del PSOE. Fuentes consultadas aseguran que el PSOE está recibiendo muchas presiones y está abandonando los postulados que defendía antes de llegar a La Moncloa. Y es que gobernar no tiene nada que ver con estar en la oposición y los postulados que se defienden desde un lado pueden llegar a ser inviables cuando se accede al poder. Nada es tan fácil como parece.
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