Rusia invade estos días a Ucrania mientras amplía la crisis energética que sufren los países de la Unión Europea. Una estrategia de Vladimir Putin que, según denuncian algunos líderes europeos, se lleva poniendo en marcha desde 2021. Esta semana, la ministra Teresa Ribera denunciaba que el presidente ruso ha ido cerrando poco a poco su grifo de gas natural para generar una crisis en Europa.
“Vienen cayendo los flujos de gas natural procedentes de Rusia desde hace un año”, destacaba la ministra para la Transición Ecológica ante la pregunta de los medios. “Este escenario pone de manifiesto que esta invasión de Putin, asociada al incremento del precio del gas y a la seguridad de suministro de Europa, no ha sido una cosa de antes de ayer”, añadía tras el Consejo de Ministros.
Una afirmación que ha generado disparidad de opiniones entre los expertos consultados por Vozpópuli. En los últimos cinco años, las importaciones rusas han representado un tercio (25-42%) del suministro de gas a Europa. La empresa rusa Gazprom suministró a la UE unos 146.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas en 2021. "Lo que supone alrededor del 35% del gas natural que la UE consume anualmente", cifran los analistas de Scope Ratings. Los datos de los analistas de Bloomberg apuntan que, durante la pandemia, en 2020, este porcentaje fue similar.
Aunque, donde claramente se ha visto esta reducción, es en este año. "En lo que va de 2022, han bajado a solo el 17% porque ha crecido la llegada de gas natural licuado (GNL) por mar. La benignidad del clima en Asia en las últimas semanas ha reducido su demanda y permitido que creciera el número de buques que han descargado en Europa", explican los expertos energéticos del Grupo ASE.
Pero la guerra ha "roto" el mercado. La invasión rusa de Ucrania disparó los precios de los mercados energéticos europeos más de un 50%. El 24 de febrero la cotización spot de gas del TTF subió hasta los 123,56 euros/MWh (desde los 89,01 euros/MWh del día anterior). Sin embargo, al día siguiente, visto el normal funcionamiento de suministro ruso, los precios del gas y de la electricidad cayeron un 30% en Europa.
La referencia gasística europea que lleva creciendo de forma paulatina desde marzo de 2021, una evolución que daría la razón a Ribera. Aun así, y a medida que el conflicto se ha ido endureciendo, la curva de precios del gas de 2022 ha subido más de un 40%. La amenaza de sanciones de exportación condenaban al mercado, ya que la Unión Europea depende de Rusia para cerca del 35% de su gas, más del doble que Noruega, su siguiente socio importador. En 2019, tal y como reflejan los datos de Eurostat que se comparten en el gráfico, esta dependencia se elevaba hasta el 41,1%.
Otros expertos dan completamente la razón a la ministra, aunque matizan que no ha sido solo con el gas. "Rusia llevaba preparando la guerra mucho tiempo", asegura Bernardo M. Cremades Jr., socio de B. Cremades & Asociados. "Además de con su estrategia energética desde hace más de un año, cabe recordar que desde 2018 ha vendido con la mayoría de sus reservas de dólares", puntualiza.
Putin abrió el grifo a China
Los expertos de Natixis aseguran que Rusia tuvo que buscar nuevos clientes con las perspectivas "limitadas de crecimiento del consumo de gas a largo plazo" en Europa por su estricto plan para descarbonizarse. A ello, Putin sumaba los problemas que surgieron en su relación comercial tras la toma de control de Crimea por parte de Rusia.
Esto ha provocado que, mientras Putin ha mantenido su estrategia con la Unión Europea, se haya buscado opciones alternativas de exportación en los últimos años. "China ha sido el candidato más obvio dado su creciente crecimiento de la demanda de gas y su ubicación geográfica", detallan los analistas de Natixis en un reciente informe.
En ese contexto, y la presión de las sanciones occidentales después de Crimea, China y Rusia acordaron construir gasoductos para satisfacer las necesidades de gas de China en 2014, Power of Siberia 1, que ahora está operativo. "El gasoducto Power of Siberia 1 está alimentado por activos de producción dedicados en el este de Siberia y no está conectado a la infraestructura que envía gas a Europa. Este primer gasoducto ha resultado en la triplicación de las importaciones de gas de China desde Rusia en 2019", puntualizan.
Los expertos consideran que el giro de Rusia hacia China para mitigar sus problemas con sus vecinos de occidente no es posible hoy en día al 100%. Cuando finalmente se haga realidad, según apuntan en Natixis, podría ser demasiado tarde ya que será mucho más grande el suministro mundial de GNL (con Qatar y Estados Unidos son los grandes exportadores).
Además, la Unión Europea también habrá avanzado en sus esfuerzos de descarbonización y su dependencia de gas ruso para Europa será menor. Por lo tanto, y según los expertos consultados, el arranque en 2021 de esta 'guerra del gas' por parte de Putin es una hipótesis que se volvería incluso en contra del propio presidente ruso.
Polémica política
Este debate se ha visto mezclado con otro de índole política. Al día siguiente de las declaraciones de Ribera, el Gobierno afrontó una sesión de control en el Congreso centrada en su gestión ante la escalada de la inflación, y desde la oposición se le acusó de echar la culpa a Putin de los errores de su política económica. Así lo consideró también el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, que destacó que la inflación estaba descontrolada en España a finales de año, antes de que se produjera la invasión de Ucrania.
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