Economía

La realidad de la 'España del Lamborghini' de Sánchez: coches más viejos y el doble de ventas de segunda mano

En España, los coches tienen 14 años de media, una antigüedad nunca vista en nuestro país. Los españoles evitan comprar un coche nuevo por falta de medios y se tiran a la segunda mano, que vende el doble de vehículos que los concesionarios de turismos a estrenar

"Más transporte público y menos Lamborghinis", aseguró Pedro Sánchez este miércoles para defender una subida de impuestos a aquellos que tienen para vivir "más de cien vidas". Una subida fiscal que da a entender que hay muchos propietarios de estos superdeportivos italianos -el año pasado se matricularon 64-, cuando la realidad es que el español medio, en estos momentos, no se puede permitir un Seat Ibiza de primera mano.

Esto se debe, principalmente, a la subida de los precios en la automoción. Si en 2021 un español se gastaba, de media ,17.000 euros en un coche nuevo, hoy esa cifra se ha disparado hasta los 25.000, lo que implica que las cifras no terminen de despegar como en otros países -así lo afirmó Wayne Griffiths, expresidente de la patronal ANFAC, durante la presentación del Cupra Terramar- y que el parque móvil español actual sea el más viejo de la historia de la democracia.

Este 2024, España superó la barrera de los 14 años de media para el automóvil en España. Desde que Pedro Sánchez entró a La Moncloa, el envejecimiento del parque móvil se ha disparado, según cifras de ANFAC: en 2019, cuando llegó al poder, la edad media de los turismos en España era de 12,7 años. En cinco años, el parque móvil ha envejecido tanto como en el tramo 2012-2019.

Además, si uno se va a la lista de coches nuevos más vendidos, se encuentra con una ingrata sorpresa: los españoles no compran los coches que les gustan, sino los más económicos. De ahí que el Dacia Sandero sea el rey con 13.389 unidades vendidas entre enero y junio de 2024, seguido por el también barato MG ZS, un coche procedente de china.

Gráfica de ANFAC

Si se comparan las ventas de 2019 respecto a 2023, también se ve una pérdida en el poder adquisitivo de los españoles. En 2019, el coche más vendido fue el Seat León, que logró adjudicar 35.847 unidades. Entonces ya le seguía el Dacia Sandero, pero con un volumen de ventas muy superior: 33.880 unidades vendidas. Este mismo modelo solo logró en 2023 la venta de 22.617 unidades.

Este bajón en el 'top 10' de coches más vendidos también se observa en las matriculaciones generales: en 2019, hubo 1.258.260 coches vendidos: unos 300.000 más que el 2023 (949.359). ¿Por lo tanto, ¿dónde se mueve el dinero de los españoles en materia de automoción? En el mercado de segunda mano.

En estos momentos, por cada coche nuevo que se vende en España se venden dos de ocasión (1.940.488 unidades vendidas en 2023). El problema es que los vehículos que se venden en este sector son cada vez más antiguos. Según una entrevista realizada por la patronal GANVAM al director de 'Cars&Cars', el 40% de las ventas en segunda mano es de vehículos con más de quince años.

Una situación económica que complica la compra de coches eléctricos, algo que exigió en esa misma comparecencia Pedro Sánchez: los españoles recurren al mercado de segunda mano por falta de recursos, de modo que adquirir vehículos enchufados es una auténtica quimera: casi ningún coche eléctrico nuevo baja de los 20.000 euros y la inmensa mayoría superan de forma holgada los 30.000 euros.

Si a ello le sumamos que el Gobierno decidió, en 2023, retrasar su plan de expansión de la red de carga pública, los incentivos para adquirir un vehículo de estas condiciones se reducen. El Ejecutivo de Pedro Sánchez se comprometió a instalar entre 80.000 y 110.000 puntos de carga al cierre de 2023: hoy, con España encarando el último tramo de 2024, el país cuenta con tan solo 12.149 cargadores de uso público, según Electromaps.

Por tanto, la España de Lamborghinis que quiso dibujar el presidente es muy minoritaria: la España real es aquella que no puede permitirse un Seat Ibiza de primera mano por falta de recursos y acude a un mercado de segunda mano, donde por norma escoge un automóvil con más de diez años de antigüedad. Una frase, la del Lamborghini, que es fruto de un error: el presidente quiso lanzar un nuevo dardo a Isabel Díaz Ayuso y a su novio, ya que él posee un Maserati Ghibli, pero patinó a la hora de nombrar a la marca.

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