El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, está volviendo a apostar por la energía nuclear, tal y como contamos esta semana en Vozpópuli. Una apuesta "arriesgada", porque el discurso creado durante años contra este tipo de energía ha provocado que lo más beneficioso, políticamente hablando, sea ir en contra de la nuclear porque "compra votos". De hecho, Alemania ejemplifica a la perfección este miedo al 'relato' implantado en algunos sectores: desde hace tiempo ha eliminado este tipo de energía, comprando el argumento de que es contaminante; y ahora está pagando un precio alto, con unos niveles muy elevados de contaminación y con una alta dependencia a Rusia.
Pese a ello, Feijóo ha decidido apostar por un sector criticado y vapuleado, para muchos, injustamente. Pero contra el discurso, quedan los datos. Unos datos que reflejan que la energía nuclear no es, "en absoluto", ni contaminante, ni peligrosa, ni ineficaz. En base a ellos, España tiene la oportunidad de seguir una 'receta ideal' para evitar cometer los mismos fallos que ha llevado a Alemania a la "condena" energética.
El experto y divulgador sobre energía nuclear, Alfredo García, en Twitter @OperadorNuclear, analiza con este periódico el presente de la energía nuclear. Para empezar, desde el punto de vista productivo, esta energía es perfectamente eficaz. En el mundo, la nuclear produce 2.653 TWh, según la Asociación Nuclear Mundial. En España, concretamente, tenemos siete reactores que generan entre el 20 y el 21% de la producción energética de nuestro país. Con este nivel de producción, igual de eficaz que otras energías, con mantener abiertas las centrales ya existentes bastaría. "Aunque lo ideal sería abrir más para conseguir eliminar el gas natural: que el 30% de la energía sea de origen nuclear y el 70% de origen renovable", sentencia el experto.
La energía nuclear, de las más limpias
Pero la productividad no es lo que preocupa a los que critican la energía nuclear y sus centrales. Lo preocupante para ellos es la contaminación y la seguridad. Y en esto también los datos reflejan que la apuesta de Feijóo no es "descabellada", sino "lógica" y "madura".
Por empezar por el principio, los expertos la defienden siempre que pueden. Aparte del propio 'tweetero' (que, para tranquilidad de los más recelosos, cuenta que cada año se toman en España más de 9.000 muestras en el entorno de las centrales nucleares para comprobar la ausencia de efectos en el medio ambiente y en la salud de las personas), el presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), Héctor Dominguis, ha explicado a este periódico en repetidas ocasiones que la nuclear es "tan respetuosa con el medio ambiente como las renovables y tan eficaz como el carbón".
Pero también los datos lo corroboran. Diversos estudios científicos demuestran que efectivamente, esta afirmación es cierta. Los dos informes más importantes sobre ello son los del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de Naciones Unidas y el del Centro Común de Investigación (IPCC y JRC respectivamente, por sus siglas en inglés). Ambos organismos demuestran que es la opción energética del futuro, por su nula emisión de CO2.
El presidente de la Sociedad Nuclear Española (SNE), Héctor Dominguis, ha explicado a este periódico en repetidas ocasiones que es "tan respetuosa con el medio ambiente como las renovables y tan eficaz como el carbón"
De hecho, la nuclear se presenta, según las investigaciones, como una opción real para luchar contra el cambio climático. Concretamente, el parque nuclear español evitó la emisión de cerca de 20 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y la producción de este tipo de energía supuso el pasado año el 30,36% de la electricidad libre de emisiones de nuestro país.
Según el IPCC, la nuclear es la segunda energía que menos emite (12 gramos de CO2/kWh). Y según un estudio de JRC, en el que compara la sostenibilidad de la energía nuclear con la del resto de energías "los análisis de los impactos de la energía nuclear no revelaron ninguna evidencia científica de que la energía nuclear produzca más daño a la salud de los seres humanos o al medio ambiente que las otras energías ya incluidas en la taxonomía para mitigar el cambio climático".
Además, "la comparación de los impactos de diversas tecnologías de generación de electricidad muestra que los de la energía nuclear son comparables con la energía hidroeléctrica y las renovables variables, en lo que respecta a los efectos no radiológicos", explica Alfredo García sobre este informe.
Por otro lado, la plataforma de 'Our World in Data', una plataforma que recoge datos de todas partes del mundo sobre diversos temas, tiene publicado un informe que analiza cuáles son las fuentes de energía más seguras y limpias. Y en él se recoge que "los combustibles fósiles son las fuentes de energía más sucias y peligrosas, mientras que las fuentes de energía renovables modernas y nucleares son mucho más seguras y limpias. Las diferencias son enormes".
Máxima seguridad
El otro miedo que existe a la nuclear es la seguridad de los ciudadanos. Pero en este sentido, no hay nada que temer.
El experto detrás de la cuenta @OperadorNuclear y desde Our World in Data puntualizan cómo es el recuento de muertes, porque si se contabilizara únicamente el total de fallecimientos sería injusto, pues "los combustibles fósiles aún dominan nuestra combinación global de electricidad, por lo que esperaríamos que mataran a más personas". En estos casos, se cuentan por unidad de energía eléctrica generada, medido en teravatios-hora, y hay que tener en cuenta que incluye muertes por contaminación del aire y accidentes en la cadena de suministro, incluyendo los laborales.
Como se puede observar en el gráfico, extraído de Our World in Data, los combustibles fósiles y la biomasa provocan, en proporción, muchas más muertes que las energías renovables nucleares y modernas. El carbón es, con mucho, el más peligroso. Concretamente, la energía nuclear provoca un 99,9 % menos de muertes que el lignito; 99,8% menos que el carbón; 99,7% menos que el petróleo; y 97,6% menos que el gas.
En el siguiente gráfico, también extraído de Our World in Data, se hace una comparación entre la seguridad de las energías y la limpieza medioambiental de las mismas. Y aquí queda comprobado que las fuentes de energía más seguras son también las más limpias.
Así y con todo, Feijóo ha seguido una estrategia pragmática y ha sabido ver que el futuro energético del mundo, también de España, se encuentra en la energía nuclear porque es, en relación, la más sostenible y la más eficaz, y ha decidido no seguir la hoja de ruta que dicta el discurso, al que se ha sumado Alemania.
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