El Banco de España también ha entrado en el debate de las pensiones. Es sin duda una de las grandes reformas de esta legislatura y el supervisor ha querido poner sobre la mesa algunas de las posibilidades que se pueden estudiar para garantizar su viabilidad. Lo ha hecho a través de un informe titulado 'El sistema público de pensiones en España: situación actual, retos y alternativas de reforma', firmado por el director general de Economía y Estadística, Pablo Hernández de Cos, Francisco Jimeno y Roberto Ramos.
En el él se analiza la situación actual del sistema, el efecto de las últimas reformas que se han hecho y las posibles modificaciones que se pueden estudiar en el futuro. Se podría decir que la conclusión a la que llega el banco emisor es que las reformas del PSOE y el PP han mejorado la situación, pero a costa de reducir considerablemente la pensión media del sistema. Y sin llegar a garantizar su viabilidad en un futuro por varias razones, como el problema demográfico que se avecina en España.
Para asegurar la sostenibilidad, el Banco de España se plantea dos escenarios muy diferentes: uno en el que se sigue ajustando el gasto y, por tanto, sigue bajando el nivel de las pensiones y otro en el que se elevan los ingresos para evitar nuevos descensos en las prestaciones. El supervisor no dice abiertamente si se inclina por una vía o por otra, pero sí se atreve a valorar individualmente casi todas las propuestas y a inclinarse por algunas de ellas. En cualquier caso, podemos resumirlas en diez grandes ideas:
1.Elevar la edad de jubilación.
Tras las últimas reformas, la edad legal de jubilación se irá elevando progresivamente a 67 años, pero el supervisor cree que se puede ir más allá. Además, el aumento de la esperanza de vida de los ciudadanos justificaría una medida de este tipo. De hecho, se refiere explícitamente a la posibilidad de elevarla a los 70 años, una medida que permitiría reducir la tasa de dependencia 12 puntos y el gasto en pensiones entre 2 y 4 puntos de aquí a 2050.
2.Utilizar toda la vida laboral para calcular la pensión.
El Banco de España cree que es importante mejorar la contributividad del sistema, de forma que las pensiones se acerquen más a lo cotizado en los años de trabajo. Para conseguirlo, habla de la posibilidad de utilizar toda la vida laboral para calcular las pensiones. Una medida así no reduciría mucho el gasto, pero acercaría el sistema español al de otros países como Finlandia, Polonia, Portugal y Suecia.
3.Incrementar el número de años necesarios para obtener el 100% de la pensión.
También para mejorar la contributividad del sistema español, sugiere que se abra el debate sobre la posibilidad de incrementar el número de años necesarios para acceder al 100% de la pensión. Para conseguirlo, se podría reducir el porcentaje de la pensión (50%) al que da derecho la cotización mínima, así como las tasas a las que se aumenta ese porcentaje por cada año adicional de cotización.
4.Avanzar en la implantación de un sistema de cuentas individuales.
Las tres reformas planteadas en los puntos anteriores se podrían efectuar sin modificar el actual sistema de reparto, solo con cambios en algunos de sus parámetros. Pero algunas de ellas acercarían poco a poco el sistema a la alternativa que defienden muchos expertos: las cuentas individuales o nocionales. Un sistema con cuentas individuales que acompañan al trabajador a lo largo de su vida laboral. En ella se anotan las cotizaciones que se realizan y cuando se jubila se calcula la prestación en función de todas las aportaciones. No hace falta una edad legal de jubilación, sino que cada trabajador decide cuando hacerlo asumiendo que cuanto menos trabaje, menos pensión percibirá.
Según el Banco de España, un sistema así tiene ventajas porque permite una relación más estrecha entre cotizaciones y pensiones. Además, es más transparente, reduce el impacto negativo del posible desempleo o menor cotización al final de la vida laboral e incorpora de forma automática el factor de sostenibilidad. Y no sería necesario destopar las pensiones. Eso sí, debería adoptarse de forma gradual y no eliminaría la disyuntiva que existe entre la suficiencia y los recursos del sistema.
5.Destopar las cotizaciones y eliminar bonificaciones.
Dejando de lado la vía del gasto, el Banco de España también habla de la posibilidad de aumentar los ingresos para evitar que las prestaciones sigan cayendo. La primera medida que plantea en este sentido es tocar las cotizaciones, una medida que se plantea el Gobierno. Sin embargo, cree que ya son muy altas y apuesta por igualar el tipo efectivo de las cotizaciones al legal (28,3%). ¿Cómo? Eliminando topes salariales, máximos y mínimos y las bonificaciones que actualmente merman los ingresos. Aún sí, reconoce que estas medidas subirían 8 puntos el tipo efectivo, lo que podría afectar negativamente al empleo. Y podrían aumentar el gasto futuro en pensiones, aunque esto podría evitarse si se mantiene topada la pensión máxima.
6.Financiar las pensiones de viudedad y orfandad con impuestos.
También se podría recurrir a los impuestos generales y no tocar las cotizaciones. Una de las ideas más generalizadas es la restricción del concepto de pensión contributiva a las prestaciones de jubilación. ¿Qué se consigue con esto? Que los ingresos de la Seguridad Social solo tengan que garantizar estas pensiones. Y que el resto, sobre todo viudedad y orfandad, se financien con impuestos. Sin embargo, el Banco de España avisa de que los aumentos de impuestos afectan a todos los ciudadanos, así que los ajustes para garantizar las pensiones recaerían también sobre los pensionistas y reducirían su renta.
7.Diseñar un complemento en el IRPF o aumentar un punto el impuesto.
Otro ejemplo es la creación de un complemento en el impuesto de la renta, como en Francia. Los tipos variarían en función de la cuantía y naturaleza de la renta. O se podría subir 1 punto la tarifa general y la del ahorro, lo que elevaría la recaudación en unos 2.400 millones de euros. Eso sí, en este caso habría que tener en cuenta que los mayores de 55 años financiarían más del 35% de ese aumento. Y los mayores de 65 años también sufrirían un fuerte aumento de su carga tributaria.
8.Aumentar un punto el IVA.
Otro ejercicio de simulación que hace el supervisor financiero es el aumento de 1 punto en el IVA para financiar parte de las pensiones a través de los impuestos indirectos. Una medida así también aportaría unos ingresos extra de 2.400 millones, pero también desplazaría parte del coste a los pensionistas. En este caso, la población mayor de 65 años soportaría un 20% del incremento fiscal.
9.Incrementar el ahorro.
Como estas medidas acabarían reduciendo de un modo u otro el poder adquisitivo de los pensionistas, el Banco de España también pone de manifiesto en su informe la necesidad de incrementar el ahorro para complementar la pensión. De hecho, no desecha la idea de un sistema mixto de reparto y capitalización, como existe en otros países. En cualquier caso, reconoce que es algo bastante complejo y que habría que analizar mucho el tiempo que se necesitaría para su implantación, si sería obligatorio o voluntario ola rentabilidad que puede ofrecer si se estanca la población, por ejemplo.
10.Hacer otras reformas estructurales.
Finalmente, más allá de las modificaciones concretas del sistema de pensiones, el Banco de España resalta la necesidad de abordar los retos del envejecimiento de la población desde una estrategia amplia de política económica. En este sentido, resalta la importancia de seguir avanzando en la consolidación fiscal y las reformas estructurales en muchos ámbitos, como el del mercado de trabajo y los mercados de bienes y servicios, además de la educación y la formación de los trabajadores.
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