Aunque el uso de dinero de plástico (tarjetas de crédito o de débito) sigue la escalada iniciada en la pandemia (acapara casi un 40% de las operaciones), el efectivo sigue siendo aún el medio de pago más importante. Sin embargo, hay novedades. La alta inflación y también el agotamiento en la utilización de los billetes de alta denominación (sobre todo los de 500 euros), que habían permanecido remansados en los momentos más complicados de la crisis sanitaria y económica, están modificando los hábitos del uso del dinero físico entre los consumidores. Lo que es evidente es que con un IPC por encima del 10% se necesita más efectivo para comprar menos productos y bienes que hace unos meses y que hay que tirar del ahorro acudiendo a los cajeros de los bancos que dispensan el dinero de los depósitos y las cuentas.
Es el billete de 50 euros, el de mayor denominación en los cajeros y considerado por tanto dinero ‘blanco’ (en A), el que se ha convertido de largo en el más solicitado por los españoles, entre otras cosas porque los consumidores tienen más necesidad ahora en disponer de estos billetes para su gasto diario y porque los billetes de 20, 10 y 5 euros, que también se dispensan en las terminales bancarias, dan poco de sí por su escaso poder de compra como consecuencia del rebrote inflacionista.
Según la información del Banco de España sobre el pasivo en circulación (billetes distribuidos asignados a España menos billetes retornados), la demanda de los billetes de 50 euros (al cambio de 8.319 de las antiguas pesetas) ha crecido casi un 5% en julio respecto al mismo mes del año anterior y un 3,2% respecto al mes anterior coincidiendo con el punto más álgido de la inflación (10,8%) y el comienzo del verano. Es la primera vez desde que se instauró el euro como moneda única en la UE en 2002 que en España circulan 1.502 millones de billetes de 50 euros de forma acumulada por un valor total de 75.100 millones de euros.
Coincide con el periodo en que más efectivo se utiliza en la hostelería y el comercio. Desde que comenzó el rebote inflacionista a principios de 2021, la demanda de estos billetes se ha incrementado en más de 100 millones de unidades. Lo más llamativo es que ahora hay un 37% más de billetes de esta denominación que en 2019 cuando la inflación era negativa y operaban 1.099 millones de unidades por un valor de 54.950 millones de euros. Y que la mayor demanda de estos billetes va ligada a la inflación, porque con los de 20, 10 y 5 euros poco se puede comprar, lo demuestra otro dato interesante: en los años de la doble recesión económica, con un IPC muy bajo o negativo, la circulación acumulada de estas unidades de 50 euros eran muy baja, ya que se situó en el entorno de los 500 millones en 2008 (por un valor de unos 25.000 millones de euros) y llegó a poco más de 900 millones en 2013 (por un valor de 45.000 millones de euros), si bien en aquellos años todavía operaban grandes cantidades de billetes de alta denominación, procedentes en muchos casos del dinero negro remansado durante el boom inmobiliario.
Es la primera vez desde que se instauró el euro como moneda única en la UE en 2002 que en España circulan 1.502 millones de billetes de 50 euros de forma acumulada por un valor total de 75.100 millones
Que el billete de 50 euros, que ya representaba en 2020 el 43% del dinero emitido en papel, se haya convertido en el rey del consumo en España significa que las otras denominaciones de los billetes en euros son menos demandadas y es lo que los bancos comunican. De ahí que el Banco de España, para mantener el volumen asignado por el BCE, reduzca el número de billetes restantes en circulación. En todo caso, la situación es distinta entre los billetes de 20, 10 y 5 euros, que también se obtienen por cajero, frente a los de alta denominación (100 y 200 euros), que hay que pedirlos en la ventanilla de los bancos con la consiguiente anotación, y en especial los de 500 euros por su asociación más clara al dinero negro.
Entre los billetes de 20 euros distribuidos y retirados el saldo fue negativo en julio en -2.275 millones de unidades. Se trata de una cifra también récord frente a, por ejemplo, el saldo también negativo de hace un año de -2.100. Algo similar ha ocurrido con los de 10 euros, con un registro negativo de -1.627 millones frente a los -1.584 de hace un año; y los de 5 euros, con una retirada neta de -215 millones frente a los -211 millones de 2021.
En cuanto a los billetes de 100 y 200 euros, sigue aumentado la brecha entre distribuidos y retirados ya que el Banco de España se ve obligado a emitir menos billetes al existir en los mercados unidades que en realidad ha generado otro banco central de Eurosistema. Es decir, estos billetes de alta denominación suelen llegar a España procedentes de turistas y el banco emisor español tiene que 'netear' su circulación. En todo caso, la circulación acumulada de los de 200 euros bajó a cerca de 704.000 unidades por un valor total de casi 141 millones de euros cuando, por ejemplo, en 2019 y 2020 circulaban cinco millones de unidades (por un valor de mil millones de euros) y más de once millones en 2016 (por un valor de 2.200 millones de euros).
Los billetes de 20, 10 y 5 euros, que también se dispensan en las terminales bancarias, dan poco de sí por su escaso poder de compra como consecuencia del rebrote inflacionista
Mientras, el saldo de circulación en los billetes de 100 también es negativo en -139 millones de unidades cuando hace un año era de -110 millones. Por tanto, sigue la retirada en aumento y es aún mayor entre los billetes de 500 euros, los conocidos irónicamente como 'Bin Laden’. Se debe en parte (también sucede en los de 100 y 200 euros) a que van quedando cada vez menos como consecuencia de su salida y uso durante los años de la crisis tras haber permanecidos remansados, pero sobre todo a que el BCE dejó de producir estos billetes en 2016 ante su uso como dinero negro mientras que el Banco de España cesó la emisión en 2019.
En todo caso, mantienen su valor indefinidamente, pueden seguir circulando y se utilizan como medio de pago y como depósito de valor para comprar y ahorrar. Pero, en julio de 2022 han llegado a cotas de circulación mínimas. Es decir, por primera vez sólo hay unos 13 millones de billetes de 500 euros (por valor de 6.500 millones de euros) frente a los 16 millones de hace un año y, por ejemplo, los 50 millones (por un valor de 25.000 millones) que había en circulación en 2016.
El récord se alcanzó en los años posteriores al boom inmobiliario cuando uno de cada cuatro billetes emitidos en toda la UE (más de 600 millones de unidades) estaba en España (150 millones de billetes) con un valor de 75.000 millones de euros. En todo caso, la cifra registrada en julio se encuentra muy cerca de los 12,7 millones de unidades con que comenzó a operar hace veinte años en España este billete de alta denominación.
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