Economía

Red inadecuada, altos costes… claves que hacen del estímulo fiscal al autoconsumo un brindis al sol

La eliminación del denominado impuesto al sol pretende estimular el autoconsumo aunque los principales obstáculos para esta práctica no pasan precisamente por la carga fiscal sino por unos elevados plazos de amortización de los costes y los problemas que ofrece una red que no está preparada para los cambios que supone la práctica

El pasado viernes, el consejo de ministros aprobó la medida ya avanzada por la titular del departamento de Transición Ecológica, Teresa Ribera, acerca de la eliminación del denominado 'impuesto al sol' esto es, la carga fiscal al autoconsumo energético, implantada y defendida por el anterior Gobierno. Sin embargo, algunos expertos no esperan que la estrategia del Ejecutivo termine de estimular el autoconsumo energético, principalmente porque la existencia del impuesto no era precisamente el principal motivo que explique que, en la actualidad, el autoconsumo en España sea prácticamente inexistente.

La circunstancia resulta paradójica cuando las condiciones climatológicas harían teóricamente de España un paraíso para el autoconsumo a través de energías renovables. La propia ministra ponía repetidamente el ejemplo de un país como Alemania, con una cantidad de horas de sol notablemente inferiores a las que se dan en España. Sin embargo, la realidad no tiene solamente que ver con las circunstancias climáticas, lo que explica que la medida del Gobierno se convierta, nunca mejor dicho, en un brindis al sol.

Uno de los principales motivos por los que el autoconsumo no ha avanzado en España es de índole económica. Las importantes inversiones que hay que llevar a cabo para ser autosuficiente desde el punto de vista energético y poder desconectarse de la red llevan consigo una amortización que se calcula entre 15 y 20 años. Muy pocos están dispuestos a correr el riesgo de afrontar una inversión que queda a expensas de las decisiones que pueda tomar en un momento determinado un Gobierno diferente al que ahora ha decidido suprimir la penalización fiscal al autoconsumo.

"Mañana llega otro Gobierno y puede volver a poner el 'impuesto al sol' o bien hacer otra modificación normativa que regule de forma diferente el autoconsumo. Salvo contadas excepciones en núcleos de población muy reducidos, nadie va a afrontar un riesgo económico tan evidente", apunta un experto del sector.

Cifras anecdóticas

Con todo, ésta sólo es uno de los motivos que hace que el autoconsumo sea anecdótico hoy y lo vaya a ser en uno o dos años, ya sin el impuesto. Las condiciones de las viviendas en España hace muy complicada la práctica. La mayor parte de la población habita en ciudades de un cierto tamaño, con una tipología de viviendas que dificulta la autosuficiencia energética.

"La clave está en la renovación del parque de viviendas pero este es un proceso muy, muy lento. En otros países, especialmente los centroeuropeos, la vivienda horizontal está mucho más extendida, lo que hace mucho más atractiva la opción del autoconsumo".

Precisamente, en este punto flaquea la recurrente comparación con Alemania, a la que tantas veces se ha hecho alusión desde el Ministerio de Transición Ecológica. Pero no es el único punto. También lo es el de la energía de respaldo. Precisamente, Alemania es uno de los países de la Unión Europea que más problemas de contaminación ofrece, toda vez que su alternativa a las energías renovables es una potente red de centrales térmicas, en la que se quema carbón de forma masiva.

La necesidad de replantear la red

Algo que no entra precisamente en los planes del Gobierno español, que se ha pronunciado en repetidas ocasiones a favor de eliminar en un periodo de diez años las centrales térmicas y también las nucleares, a la finalización de su vida útil. Mientras que en Alemania no parecen tener problemas para quemar carbón y contaminar para respaldar a los autoconsumidores cuando no sean capaces de generar suficiente energía para autoabastecerse, en España no ocurre lo mismo. Un factor de incertidumbre que añadir al económico.

El actual panorama de la red de electricidad es el último de los elementos que no favorece una adecuada gestión del autoconsumo. Planteada con el objetivo de que fuera el gas el combustible de respaldo, el fomento de la autosuficiencia energética requeriría de cuantiosas inversiones para su adaptación con el fin de que favoreciera el autoconsumo.

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