El Gobierno ha dicho una y otra vez que el empleo es su máxima prioridad. De hecho, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha propuesto el ambicioso objetivo de volver a los 20 millones de ocupados en esta legislatura. El año pasado, la tasa de paro se quedó en el 18,6%, su nivel más bajo en siete años. Pero parece difícil que se pueda ir mucho más allá. Según las previsiones de Asempleo, la tasa de paro estructural de la economía española ha subido seis puntos durante la crisis y está ya en el 18%.
Asempleo, patronal de Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal, hace esta estimación a partir de la Curva de Philips, que relaciona el cambio en la tasa de inflación con la tasa de paro. Y es muy preocupante porque el empleo estructural en aquel es casi imposible de reducir. Además, si tenemos en cuenta que el paro ya ha caído al 18,6%, queda muy poco margen para seguir reduciendo el número de desempleados en España.
¿Por qué ha subido tanto el paro estructural? Según Asempleo, es un síntoma provocado por las rigideces del mercado laboral español. Por eso hay que continuar con las reformas y dotar al mercado de más flexibilidad para evitar que esta tasa siga en aumento. El diagnóstico de este organismo coincide con otros como el del Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Europea.
El paro de larga duración es uno de los grandes problemas de España y puede empezar a afectar a los jóvenes
De hecho, las autoridades comunitarias presentaron esta semana el informe anual sobre desequilibrios macroeconómicos, donde pedían, una vez más, una vuelta de tuerca a la reforma laboral para reducir el uso "generalizado" de los contratos temporales, que acaba afectando a la productividad del país. Además, estos contratos "fracasan" con frecuencia al servir de pasarela hacia carreras laborales estables.
Uno de los principales problemas de España, según Asempleo, es el alto número de parados de larga duración, un tipo de desempleados que, además, parece difícil de recolocar en estos momentos. De hecho, la cifra de parados de larga duración podría seguir creciendo y afectando a otro colectivo vulnerable, los jóvenes.
Este aumento del paro estructural es lo que está haciendo que la recuperación del empleo vaya mucho más lenta que la del PIB. España recuperará ya este año los niveles de renta que había antes de la crisis, pero no tendrá la misma suerte con el empleo. Solo se ha recuperado la mitad de los puestos de trabajo perdidos y la mejora del mercado laboral perderá fuerza en los próximos años.
Y son muchos los expertos que alertan de la calidad del empleo que se está creando en la salida de la crisis. Y lo cierto es que algunas cifras de la última EPA sostienen esta afirmación. Es cierto que se crearon más de 400.000 empleos en 2016, pero también es cierto que el número de horas trabajadas volvió a caer en el último trimestre de 2016. De hecho, se quedó por debajo del nivel del último trimestre de 2015 e incluso por debajo del que había antes de que llegara Mariano Rajoy a La Moncloa.
Soluciones
Ante este panorama, Asempleo plantea una serie de soluciones. Cree que hay que aumentar la inversión en formación para orientar a los trabajadores y a los desempleados hacia los empleos del futuro, que estarán relacionados con la economía digital. "Una formación adecuada será clave para mitigar los efectos del cambio en las demandas de las empresas", sostiene.
Asimismo, considera que la economía española necesita también medidas que fomenten la competitividad de las empresas, que mejoren la productividad y que den un impulso definitivo a las políticas activas de empleo, que tan poco funcionan en España y que tanto se necesitan, teniendo en cuenta el nivel del paro estructural.
“El mercado de trabajo es demasiado rígido y la falta de flexibilidad podría enquistar y engrosar el número de personas desempleadas, al no tener cabida para la friolera del 18% de la población activa", señala el presidente de Asempleo, Andreu Cruañas.
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