El enfrentamiento entre ERC y Yolanda Díaz por la reforma laboral está abriendo grietas entre los sindicatos y contrasta con la armonía que han exhibido durante la negociación con la patronal. Hay coincidencia de objetivos, ambos conminan a los socios de Gobierno a aprobarla sin cambios y se están reuniendo con los grupos con este fin, pero UGT se abre a aceptar los cambios que piden ERC, PNV y Bildu y ha criticado, como Gabriel Rufián, el "personalismo" de Díaz. CCOO trata de convencer a los socios del Gobierno de que sus peticiones sobre convenios y despido ya pueden aplicarse de facto y alerta de que la pretensión de implantar el control administrativo en los ERE que reclaman ERC y Bildu, y que UGT ve con buenos ojos, es de difícil encaje en el Derecho de la UE.
La afinidad entre UGT y ERC -y PSOE- y la propia entre CCOO y Yolanda Díaz está impactando en la entente sindical ante el enfrentamiento de republicanos y podemitas. En los últimos meses, Álvarez ha querido resaltar su cercanía con ERC en aras de la 'paz social' en Cataluña. Ha visitado a los políticos secesionistas presos y fue quien reclamó el indulto de la consejera de ERC Dolors Bassa, que procede de UGT. Y en septiembre, el secretario general de UGT fichó al militante de ERC y que formó parte del Gobierno de Quim Torra Cesc Poch como jefe de gabinete.
A finales de octubre, en plena negociación de la reforma laboral, Carolina Vidal, secretaria de Acción Sindical y Formación Sindical en CCOO Castilla-La Mancha y esposa del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, número dos de Yolanda Díaz -sobre quien depositó el liderazgo de la mesa de negociación-, entró en la cúpula del sindicato. Pero la cercanía de Díaz con Comisiones Obreras viene de mucho más lejos, como hija del exsecretario de CCOO en Galicia Suso Díaz. En la clausura del congreso de CCOO en octubre, la vicepresidenta así lo escenificó: "En esta casa común me he criado y aquí me reconozco", dijo a un auditorio entregado.
Los pormenores de la negociación parlamentaria están escorando al lado conservador a Díaz y CCOO frente a UGT, que suele ocupar posiciones más moderadas. El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Mariano Hoya, pidió ayer al Gobierno que "se deje de personalismos sobre quién protagoniza la reforma laboral", al día siguiente de que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, lanzara el aviso de que "ERC no vota proyectos personales". Y el propio ministro de Presidencia, Félix Bolaños, subrayó que "la reforma laboral no es un proyecto de nadie, ni siquiera de ningún partido, de ninguna formación".
En la tradicional rueda de prensa de UGT de principios de año, Álvarez insistió en las palabras que lanzó el 4 de enero: una vez acordada la reforma laboral es el momento de negociar un encarecimiento del despido, lo que se quiere hacer en un segunda fase. Es agenda compartida con CCOO, pero Sordo está siendo más cauto a la hora de esgrimirla con el acuerdo con la patronal todavía caliente y ante el temor del Ministerio de Trabajo de que la patronal se escame antes estos anuncios e invalide el pacto. O incluso del impacto que pudiera tener en la Comisión Europea. Álvarez aseguró, retador, que "Bruselas no es el garante del derecho laboral en España", después de los esfuerzos del Gobierno para lograr un pacto con los agentes sociales y el avala de la Comisión Europea.
Despido
El propio Sordo puso ayer el foco en defender que la reforma laboral ya encarece el despido: "A los que dicen que la reforma laboral no toca el despido, les digo que claro que lo hace, si entre 800.000 y 1,5 millones de trabajadores temporales pasan a ser indefinidos, su despido se encarece". Y aseguró que se va a promover la prevalencia de los convenios autonómicos en la negociación colectiva, en respuesta a la insistencia del PNV, Bildu y ERC en cambiar la reforma laboral en este sentido. Cree que estas formaciones no entienden el funcionamiento de los convenios y de la negociación: "Hay 52 convenios de hostelería, no habría ningún impedimento para que sean 17", zanjó.
Desde CCOO se cuestionó este miércoles una de las peticiones de Álvarez: recuperar el control administrativo en los ERE. El secretario general de UGT ha destacado esta iniciativa, que reclaman ERC y Bildu, subrayando que la pide también, por ejemplo, el presidente de Aragón, Javier Lambán. Y ha asegurado que existe en la mayoría de países de nuestro entorno. Sin embargo, fuentes de Comisiones Obreras advirtieron ayer de que esquemas de este tipo han sido cuestionados por el Tribunal de Justicia de la UE y tendrían difícil encaje en el Derecho de la UE.
En cualquier caso, las reuniones que mantiene con los grupos y la situación de cada partido nacionalista antes sus bases y su territorio le llevan a CCOO a apuntar que, pese al ruido en la negociación, ve difícil que el PNV ceda en los convenios autonómicos y tampoco ve recuperable a Bildu pero sí a ERC. Si finalmente no se convalida el Decreto, advierten, los socios del Gobierno le estarán haciendo el juego al PP, que podrá además esgrimir que la recuperación se debe a su reforma de 2012.
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