Economía

España sufre la curva del Gran Gatsby: quienes nacen pobres, morirán pobres

El FMI advierte que España empieza a vivir bajo la curva del Gran Gatsby: no existe movilidad social y quienes nacen ricos siguen siendo ricos mientras que los hijos de los pobres morirán pobres, denuncia el organismo internacional que afirma que la desigualdad de rentas se está contagiando a futuras generaciones y se convierte en "desigualdad de oportunidades".

Cuando F.S.Fitzgerald escribió "El Gran Gatsby" y puso al pobre Nick Carraway ante el escaparate de la riqueza de Gatsby sólo para devolverlo después a la pobreza, nunca pensó que el Fondo Monetario Internacional utilizaría su relato para trazar la curva de la inmovilidad social. Pero la actual crisis económica está convirtiendo esa historia casi en una profecía sobre la situación actual. Según el Fondo Monetario Internacional, países como España empiezan a vivir bajo esa curva que implica que quienes nacen ricos, morirán ricos y que quienes nacen pobres, morirán pobres. La curva que mide las posibilidades de saltar de una clase baja a una más alta refleja que la desigualdad empieza a heredarse entre generaciones y que la "desigualdad de rentas" se está convirtiendo en "desigualdad de oportunidades".

Según el último informe del FMI titulado "Política Fiscal y Desigualdad de ingresos", los países con mayores tasas de desigualdad son los mismos con menor posibilidad de ascenso social. Eso empieza a ocurrir en España, denuncia el Fondo.

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De hecho, España resulta ser un país en el que la desigualdad se hereda más que en Alemania, Japón, Australia o Canadá, entre otros. Por contra, la República Checa, Italia o Gibraltar son, entre otros, países donde la cuna determina más que en España la clase social adulta.

Según los datos del FMI, desde mediados de los 80 hasta principios del año 2000, la mitad de la riqueza que se ha generado ha ido a parar a las manos del 20% de los más ricos. Y España se ha convertido en uno de los países en los que más del 50% de las ventajas económicas que posee un padre son heredadas por sus hijos. Según el FMI, el contagio de esa desigualdad presente está provocando la "desigualdad de oportunidades".

El futuro puede no terminar de corregir el pasado

El diagnóstico del FMI es doblemente preocupante porque coincide con el que acaba de publicar la OCDE. Según el club de los países desarrollados, la recuperación no significará el recorte de la desigualdad. “Los episodios de recortes de la desigualdad, normalmente no duran lo suficiente como para atenuar el distanciamiento entre las rentas altas y bajas abierto durante los años precedentes”, concluye el organismo internacional.

De hecho, los recortes que se han llevado a cabo son, precisamente, resposnables de que exista menos "movilidad social", es decir, menos posibilidades de escalar de una clase social baja a una alta, especialmente en dos terrenos: 

  • Educación: “Las consecuencia del menor gasto público en educación tardarán en notarse pero se sentirán en una menor inscripción estudiantil, rentas más bajas y menor ascenso social para los hijos de los padres más pobres”, concluye la OCDE.
  • Sanidad: El desempleo y los sistemas de copago recortan el recurso a la Sanidad. En España, el recorte del gasto sanitario ha sido del 0,7% del PIB anual. Ese ahorro a corto plazo suele traducirse en aumentos del gasto mayores a largo plazo, afirma el organismo y en mayores desigualdades.

Entre los parámetros que se investigan, figuran las tasas de suicidio. La OCDE revela que aumentaron con el comienzo de la crisis pero se han mantenido estables desde entonces.

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