El Gobierno está negociando con su socio principal, Unidos Podemos, una serie de reformas en materia fiscal centradas en rebajas impuestos a los autónomos y las pequeñas empresas y subidas a las grandes y a los contribuyentes que más tienen. ¿Pero es tan bonito como suena? ¿Van a tener realmente efecto estas reformas en el sistema fiscal? De momento, parece que no y que las medidas tendrán poco impacto en los contribuyentes.
El ejemplo más claro es el ya olvidado impuesto a la banca, la figura que abanderó el PSOE cuando estaba en la oposición y que ha eliminado de su lista en cuando ha llegado al poder. El partido quería recaudar unos 1.000 millones con esta figura, pero la presión de los bancos ha llevado al equipo de Sánchez a borrarla del mapa. Se conformará con el Impuesto a las Transacciones Financieras, una figura que también estaba incluida en su programa.
Otro gran ejemplo es la rebaja del tipo del Impuesto de Sociedades del 25% al 23% a las pequeñas y medianas empresas. Esta medida sí se mantiene, pero su efecto será menor del esperado. Según el Ejecutivo, la medida beneficiará a 350.000 empresas y les ahorrará 260 millones. Pero los técnicos no están de acuerdo. Ellos creen que la medida afectará solo a 7.200 empresas (el 0,5% de las que tienen este nivel de facturación) y les ahorrará unos 36 millones en impuestos.
Vamos, casi nada. De hecho, para la gran mayoría, el 95,5% restante, la rebaja no tendrá ningún impacto porque hoy muchas empresas de este tamaño registran pérdidas (el 74,1%) o porque aplican las deducciones o las compensaciones de cuotas por pérdidas de cooperativas que agotan la cuota líquida.
El tipo mínimo del 15% de Sociedades se aplicará sobre la base imponible y generará pocos ingresos
Algo parecido ocurre con el tipo mínimo del 15% para las grandes empresas en el Impuesto de Sociedades. En un primer momento, el PSOE quería aplicar este mínimo sobre el resultado contable de las empresas y generar unos 4.000 millones. Pero las presiones le han hecho recular y optar por aplicar el tipo sobre la base imponible, lo que reducirá considerablemente su impacto en las arcas del Estado.
La diferencia es grande. El resultado contable muestra lo que una empresa gana o pierde al sumar todos los ingresos y gastos en todos los países en los que opera. Y la base imponible es la cifra que resulta tras aplicar a ese resultado las deducciones y desgravaciones del Impuesto de Sociedades. Esto hace que la base imponible del impuesto sea siempre considerablemente menor que el resultado contable, por efecto de las deducciones.
Por ejemplo, según los técnicos del Ministerio de Hacienda, el tipo medio efectivo que pagan hoy en día las grandes empresas en función de la base imponible se situó en el 19% en 2016. Por encima del 15% que quiere fijar el Gobierno. Y el tipo medio sobre el resultado contable no llega al 7%. Es cierto que estos datos son medidas y que hay empresas que hoy por hoy pagan cero impuestos, así que la medida del PSOE mejoraría algo la recaudación, pero ni de lejos lo que quería hacer el PSOE antes de llegar a La Moncloa.
Electricidad y autónomos
La supresión del impuesto del 7% a la generación, vigente desde 2012, que anunció este miércoles la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, tampoco es lo que parece: generará al Estado un agujero mayor del que espera el Gobierno. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha cifrado en 1.000 millones la merma en la recaudación, pero los técnicos creen que el agujero rondará los 1.500 millones.
La supuesta bajada de impuestos a los autónomos es otra de las medidas que queda en papel mojado. El líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, anunció esta medida tras reunirse con el presidente, Pedro Sánchez, en La Moncloa. Pero los autónomos aclararon posteriormente que la intención es de adecuar la cotización de los autónomos a los ingresos netos, algo que los dos partidos llevaban en sus programas.
El 70% de los autónomos pagaría más impuestos que ahora con la propuesta del Gobierno y Unidos Podemos
Las organizaciones de autónomos precisaron que algunos trabajadores por cuenta propia, los que tienen menos ingresos, cotizarán menos a la Seguridad Social. En España hay 2,1 millones de autónomos personas físicas, de los que un 85,6% cotiza por la base mínima, fijada en 232 euros mensuales. De estos 2,1 millones de autónomos personas físicas, 800.000 verían reducida su cuota mensual, pero hay 1,3 millones que declaran rendimientos netos superiores a la base mínima, y que por tanto tendrían que declarar más.
Y no acaba ahí la cosa. Si en el cálculo se incluyen los autónomos societarios la cifra total de autónomos que tendría que pagar más se eleva a 3,2 millones. De ser así, solo el 30% de los trabajadores por cuenta propia que hay hoy en día en España cotizaría menos, frente al 70% restante que cotizaría más. ¿El resultado? Más ingresos para la Seguridad Social.
Lo que está claro es que las intenciones que tenía el Partido Socialista cuando aún estaba en la oposición se han ido diluyendo poco a poco con su llegada al poder. Y es que pasar de oposición a Gobierno en cuestión de días y sin esperarlo no debe ser fácil. Los postulados que se defienden en un lado pueden dejar de ser válidos en el otro. Eso le ha pasado al PSOE en materia fiscal y en otros campos como en las pensiones. Veremos si sigue reculando en otros temas.
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