España sigue el plan de Europa para ser energéticamente independiente. La alternativa son las energías renovables y el objetivo es lograr una industria que sea capaz de alimentar toda la cadena de valor de estas tecnologías. China es el gran rival en esta causa. El gigante asiático controla las materias primas y la producción de productos como los paneles solares o la tecnología para los aerogeneradores. Pero el Gobierno quiere cambiar esta tendencia.
El gran decreto que publicaba este jueves en el BOE dedicaba un espacio al sufrimiento que vive en los últimos meses la industria europea de suministro para la generación renovable. La idea del Ejecutivo ha sido cambiar la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico para que el precio no sea el principal factor que determine la subastas del régimen económico de energías renovables, sino que otros factores “no económicos” como el “impacto socioeconómico” de la cadena de valor del proyecto.
“Siempre que se garantice su adecuación a los objetivos perseguidos, podrán incluirse en los procedimientos de concurrencia competitiva otros criterios de adjudicación no económicos hasta un máximo del 30% de la ponderación, los cuales podrán ser relativos, entre otros, a la contribución a la resiliencia, a la sostenibilidad medioambiental, a la innovación, al impacto socioeconómico del proyecto o a otros aspectos que mejoren la integración de las fuentes de energía renovables en el sistema eléctrico”, asegura la modificación que ha introducido este jueves el Gobierno.
Un cambio que justifica en que la industria europea, que hasta ahora venía siendo la principal proveedora de los equipos y componentes de las instalaciones eólicas ubicadas en territorio comunitario, viene sufriendo en los últimos meses importantes dificultades, habiendo reducido su porcentaje de participación en la fabricación de estos equipos a nivel mundial. “Las consecuencias negativas que tendría la consolidación de esta tendencia, además del impacto en el empleo y en el tejido empresarial, afectarían a la autonomía e independencia de la Unión Europea”, señala.
El sector de las renovables "preocupado"
Un asunto que ha sido de gran preocupación para el sector energético europeo. Como informó Vozpópuli en septiembre, SolarPower Europe, la gran patronal europea fotovoltaica que integra a Iberdrola o EDP, se citó con los miembros del equipo de la comisaria de Energía, Kadri Simson, para revisar la situación de la fabricación y el despliegue de la energía solar en la Unión Europea.
Un encuentro puso de relieve los problemas que están viviendo los fabricantes europeos de módulos solares frente al desplome de precios que habían decidido ejecutar desde China. Los precios de los módulos fotovoltaicos se habían desplomado un 25% entre junio y septiembre. Un hecho que desde el sector consideraban que fue una reacción comercial de los fabricantes chinos para complicar los planes americanos y europeos de construir su propia industria fotovoltaica. Unas quejas que también se produjeron con el sector eólico.
Esas conversaciones tuvieron efecto en el seno de la Comisión Europea. Un mes después se aprobó el Paquete Europeo sobre la Energía Eólica, que incluye un Plan de Acción con un conjunto de medidas a desarrollar de forma urgente en colaboración con los Estados miembros. La acción número 4, dentro del segundo pilar ‘Mejora del diseño de las subastas’, prevé que los estados miembros incluyan en las subastas de renovables criterios cualitativos objetivos, transparentes y no discriminatorios.
La Comisión Europea considera que las subastas que incluyen sólo criterios económicos, como sucedía en España hasta esta modificación, no tienen en cuenta los factores medioambientales y sociales de los productos europeos ni tampoco tienen en cuenta la necesidad de disponer de una cadena de suministro fiable.
Por lo tanto, Bruselas empuja a que se revise de forma urgente el diseño de las subastas para lanzar las señales de inversión adecuadas a toda la cadena de suministro. Sin hacer mención a China, su intención es que se apueste por el producto europeo. Y España ha decidido cambiar este artículo para impulsar esta idea.
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