El renting es una de las opciones que más crece como alternativa a la compra tradicional de un coche, un servicio que permite disfrutar de su uso a través de una cuota fija mensual pero sin asumir los gastos derivados de su puesta en circulación ni mantenimiento.
La patronal del sector, la Asociación Española del Renting, calcula que el crecimiento del parque bajo este tipo de alquiler a largo plazo se mantenga en torno al 7 o al 8% internaual de cara al próximo año, según ha explicado a Efe.
Desde el año 2009 y hasta 2013 el parque de vehículos dedicado al renting se redujo año tras año, con caídas de entre el 5% y el 8% interanual. La facturación del sector igualmente cayó durante todos esos años, a tasas también de entre el 3 y el 7%.
Desde la AER esos retrocesos se debieron al efecto de la crisis económica que estalló a nivel internacional en 2008. Las compañías tuvieron que diversificar los canales para dar salida a sus excedentes de vehículos usados, entre otras medidas.
En 2013, el número de matriculaciones de vehículos en renting fue de 119.836 unidades, muy lejos de los más de 200.000 que se llegaron a matricular en 0207, antes de la crisis. A partir de entonces, el parque volvió a crecer, en 2014 apenas un 1,7%, pero año tras año el ritmo de crecimiento se fue acelerando hasta el 14% de 2108 y el 13% de 2019.
En ese año, el 2019, el parque de renting incorporó más de 80.000 vehículos en un solo año, para llegar a superar los 711.000 vehículos, y vio cómo las inversiones en este segmento crecían más del 20% y la facturación un 13% hasta superar los 6.3000 millones de euros.
Pero en 2020 por la llegada de la crisis sanitaria apenas se matricularon 31.700 vehículos de renting, frente a los 82.300 de un año antes. Pero lo más llamativo fue el descenso en el número de vehículos que finalmente fueron adquiridos por el usuario al final del contrato.
Caída del 30%
Además, los clientes que finalmente optaron por adquirir su vehículo se redujeron drásticamente ese año, y las adquisiciones cayeron un 30% hasta el entorno de las 200.000 unidades, frente a las más de 300.000 de 2019. Igualmente, la facturación del sector cayó por debajo de los 6.000 millones de euros, frente a los más de 6.300 que registró un año antes.
Ese año el principal reto de las empresas de alquiler de vehículos fue “asegurar la movilidad de todos los clientes, ampliando y flexibilizando contratos y productos”, según explica la asociación.
Desde entonces la actividad del sector se ha ido recuperando con fuerza, de forma que en diez años el mercado se ha duplicado y del parque de unos 400.000 vehículos que había en 2013, 2022 cerró con más de 850.000 unidades.
La facturación acumulada en lo que va de 2023 supera los 5.900 millones de euros, frente a los 3.500 de todo el año 2013, y las matriculaciones previstas para el conjunto del año rondarán los 900.000 vehículos, según ha indicado recientemente el presidente de AER, José Martín Castro.
Para 2025 se espera que se supere incluso el millón de vehículos, tal y como pronostican desde de la agrupación empresarial, que nació en 1995 con cinco compañías que se dedicaban a este negocio y que actualmente suma 130 empresas.
El número total de clientes acumulados en 2023 es de 255.902 -entre empresas, autónomos y particulares- que en el caso de las personas físicas representan el 50,73% sobre el total. En el tercer trimestre de este año el plazo medio de vigencia de los contratos entre las empresas del sector y sus usuarios fue de 45,89 meses, frente a los 46,76 del mismo periodo de 2022.
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