Repsol ha completado con éxito la fabricación del segundo lote de biocombustible para aviación producido en su Complejo Industrial de Tarragona, dando así un paso más en su estrategia de producción de combustibles con baja huella de carbono para sectores en los que la electrificación presenta dificultades, como el aeronáutico.
En concreto, se trata del segundo lote de 'biojet' que produce el grupo energético presidido por Antonio Brufau en España. Fabricado a partir de biomasa, el lote ha superado las exigentes pruebas que requieren estos productos.
Consta de 10.000 toneladas de combustible de aviación -el equivalente al consumo de 145 vuelos entre Barcelona y Los Ángeles- y con un contenido bio inferior al 5% para poder cumplir con los requisitos de calidad establecidos por las especificaciones internacionales.
Su uso como combustible sostenible de aviación evitará la emisión de 630 toneladas de CO2 a la atmósfera, lo que equivale a 55 vuelos Madrid-Barcelona, informó la compañía. Repsol ya tiene iniciativas para fabricar combustibles de bajas emisiones basados en residuos en los distintos centros industriales, un eje que forma parte de su estrategia de descarbonización.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno como 'hoja de ruta' a 2030 reconoce que los biocarburantes constituyen la tecnología renovable en el transporte más ampliamente disponible y utilizada en la actualidad. Así, para determinados sectores como el de la aviación, el 'biojet', obtenido a partir de biomasa o residuos, pasa actualmente por ser la única alternativa y está incluido en la lista de combustibles sostenibles.
El impulso de los combustibles de bajas emisiones se suma a los proyectos que el grupo dirigido por Josu Jon Imaz ya ha desplegado en eficiencia energética, generación de electricidad baja en emisiones, hidrógeno renovable, economía circular, combustibles sintéticos y captura, uso y almacenamiento de CO2, siendo uno de los ejes de trabajo de la compañía para alcanzar su objetivo de ser una compañía neutra en carbono en el año 2050.
En el caso de este 'biojet', se han realizado pruebas para determinar la materia prima más adecuada, con el objetivo de alcanzar los exigentes requisitos del Jet A1 en cuanto a comportamiento a bajas temperaturas y controles adicionales de calidad. Asimismo, se llevaron a cabo numerosos test para determinar la concentración de biocombustible, las condiciones y la unidad de producción más adecuada para su fabricación.
Tras el primer lote producido en Puertollano
De hecho, el pasado mes de agosto Repsol anunció la producción de su primer lote de biofuel en el Complejo Industrial de Puertollano, el primero de 'biojet' del mercado español, lo que posiciona a la compañía como pionera en soluciones sostenibles para el sector aeronáutico.
Asimismo, el grupo también construirá en su refinería de Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de bajas emisiones de España, con capacidad para producir 250.000 toneladas al año de hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano.
Plan estratégico a 2025
A finales del pasado mes de noviembre, Repsol presentó su plan estratégico para el periodo 2021-2025, en el que invertirá un total de 18.300 millones de euros en el próximo lustro para acelerar su plan de transformación hacia una compañía cero emisiones netas y ser protagonista en la transición energética.
En este sentido, los complejos industriales de la compañía seguirán evolucionando para transformarse en polos multienergéticos, capaces de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono y de impulsar nuevos modelos de negocio basados en la digitalización y la tecnología.
Para abordar este proceso de transformación, la compañía se apoyará en cuatro grandes pilares: la eficiencia energética, la economía circular, el hidrógeno renovable y la captura, uso y almacenamiento de
CO2.
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