Tras la inyección de 1.500 millones en abril, Repsol ha cerrado una emisión de bonos híbridos por 1.500 millones este martes. La petrolera ha superado su objetivo inicial de 1.000 millones de euros, tras recibir en la operación una demanda de más de 12.000 millones de euros.
Según han informado fuentes financieras, Repsol ha apostado por esta operación con el objetivo recomprar una emisión de 2015 de bonos de valores perpetuos a seis años por un importe de 1.000 millones de euros, que vencía en marzo del año que viene.
La petrolera ha colocado estos 1.500 millones en dos tramos de bonos por un importe de 750 millones de euros cada uno. En primer lugar, con un vencimiento de seis años, Repsol ha colocado con un cupón del 3,75%, mientras que el segundo de ellos, con un vencimiento a 8,5 años, se ha otorgado a los inversores con un bono del 4,25%.
Una operación que ha sido gestionada por Bank of America, Citigroup, HSBC, BBVA, JP Morgan, Merryl Lynch, Mizuho, NatWest y BNP Paribas. Repsol ha registrado en el mercado un bono de 750 millones con vencimiento en diciembre de 2025 con un cupón del 2%, según indicaron fuentes del mercado. Asimismo, colocó un segundo bono por el mismo importe con vencimiento en el año 2030 con un cupón de 2,625%.
Una emisión que se une a la lanzada a principios de abril. En total durante la crisis sanitaria ha recibido en el mercado 3.000 millones. La petrolera ha captó una inyección de 1.500 millones con el arranque de la crisis sanitaria. Una primera emisión a cinco y 10 años. La petrolera colocó hace un mes un total de 750 millones de euros a cinco años y otros 750 millones de euros a 10 años, con 265 puntos básicos sobre es referencia y un cupón del 2,6% anual.
Apagar el fuego
La búsqueda de capital del mercado no es la única alternativa de Repsol para apagar el fuego del coronavirus. La petrolera explicó en marzo a sus inversores que prepara reducciones de 350 millones de euros en los gastos operativos y de más de 1.000 millones en las inversiones, así como optimizaciones del capital circulante que rondan los 800 millones de euros respecto de las métricas inicialmente presupuestadas.
Por su parte, la deuda neta de Repsol es de 4.478 millones de euros, frente a los 4.220 millones que presentaba a final de 2019.
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