Repsol busca dejar de ser reconocida como ‘una petrolera’ para ser vista como ‘una energética global’. Un proceso que consiste en fortalecer financieramente la compañía entre 2021 y 2022, tras el impacto del coronavirus, para acelerar su transformación ‘verde’ entre 2023 y 2025. Con esta hoja de ruta, la empresa que dirige Josu Jon Imaz ha decidido realizar una restructuración de sus filiales mientras busca un socio para su negocio de renovables.
Repsol ha decidido separar el negocio de comercialización de la generación en su división de Electricidad y Gas. La generación pasa a integrarse en el área de clientes, mientras que los activos vinculados a la generación de energía se integran en su división de negocios bajos en emisiones. Por su parte, toda la sociedad de Repsol Electricidad y Gas queda absorbida por Repsol Renovables.
Una reestructuración para cumplir los objetivos de su plan estratégico 2021-2025. Josu Jon Imaz y su equipo presentaban el pasado mes de noviembre una hoja de ruta cimentada sobre cuatro pilares de negocio: upstream (exploración y producción de petróleo y gas), industrial (refino y negocio mayorista), clientes (venta de energía al por menor) y generación baja en emisiones (renovables y soluciones energéticas).
Y este movimiento societario se produce en este sentido. La fusión no implicará ninguna reducción ni ajuste de plantilla. Su intención es aumentar la masa laboral dedicada a las energías verdes para poder acelerar su objetivo de lograr un negocio de cero emisiones netas en 2050. Actualmente, la empresa obtiene el 88% de su resultado bruto de explotación a través del upstream y la división industrial, negocios alejados de la producción ‘verde’.
Repsol busca un socio ‘verde’
La transformación que pretende Repsol necesita mayor músculo financiero que otras energéticas. Un punto que empuja a la empresa que dirige Josu Jon Imaz a buscar capital en el mercado. Las dos opciones que se han manejado han sido una posible salida a Bolsa de una parte minoritaria de la filial de Renovables, similar a la que ha realizado Acciona con su filial de Energía, o un socio que compre una pequeña participación de la compañía.
La segunda opción es la que mejor encaja en los planes de Repsol. Tras las dudas que han existido durante la primera mitad del año en el mercado con el sector de las renovables, la compañía apuesta por encontrar un compañero de viaje que inyecte capital y que le permita acelerar el desarrollo de fuentes de energía renovable.
Todavía no hay una decisión firme. La vuelta de vacaciones de verano será clave para que el equipo de Josu Jon Imaz y Santander, banco que tiene el mandato de encontrar este socio, analicen las opciones que existen encima de la mesa para desatascar esta situación.
El objetivo final es sustituir su dependencia por el petróleo y gas por la energía de cero emisiones. La empresa quiere multiplicar por ocho en los próximos años el negocio que consigue con la energía renovable, desde los 40 millones que logró en 2019 hasta los 331 millones de euros que pretende conseguir en 2025. Para este objetivo, Repsol estima que necesita cerca de 1.400 millones de euros anuales. Un gasto donde ve clave la ayuda de un socio.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación