Luis de Guindos y Francisco González vuelven a cruzar sus caminos. Las declaraciones del vicepresidente del BCE situando a BBVA como una de las entidades flojas de capital a nivel europeo han caído como un jarro de agua fría en el banco español. En el grupo presidido por FG no se entiende que el banco central haya fijado por primera vez una nota de corte, y que además haya sido a posteriori.
En el banco también ha sentado mal que el BCE haya marcado el listón en el 9% de capital en un escenario estresado, algo que dejó a BBVA como uno de los 'suspensos' más cerca del 'aprobado'.
La versión oficial es que la suavidad de los test de estrés organizados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y el propio regulador, ha hecho necesario que el BCE lance un mensaje para que las entidades no se duerman en los laureles. Las palabras del exministro de Economía no implican ningún tipo de actuación por parte del Mecanismo Único de Supervisión (MUS, el brazo supervisor del banco central). Este organismo se dedica a la inspección de las entidades una a una. Mientras, el BCE lanza mensajes macroprudenciales, como el del vicepresidente español.
Viejas rencillas
En el sector financiero, las palabras de Guindos han resucitado las viejas rencillas con el presidente de BBVA. El banquero gallego chocó con el ministro con la negativa a apoyar en Sareb en 2012. Guindos presionó para ello con una negativa tras otra, y se lo terminó haciendo pagar dos años después con una derrama extraordinaria al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que sólo pagó BBVA. Lejos de arrepentirse de ello, FG destaca esta decisión como una de las más acertadas de su presidencia.
"El odio es mutuo, pero me extrañaría mucho que Guindos se haya tomado esta libertad sin el permiso del BCE", expone un banquero sobre las declaraciones de Guindos de esta semana.
En este sentido, el enfrentamiento de 2012 hizo que cualquier decisión que perjudicaba al banco o cualquier mensaje de éste sobre las medidas del Gobierno del PP se leyeran en esta clave, unas veces con razón y otras no.
Desde la llegada de Guindos a Frankfurt, BBVA también se ha topado con tensiones allí, en especial por el nombramiento de Carlos Torres como presidente ejecutivo. Aun así, este tipo de negociaciones se llevan desde el MUS, que es independiente para estas cuestiones del BCE.
Unos test descafeinados
En cualquier caso, lo que evidencia esta polémica y las declaraciones de Guindos es el escaso interés financiero de los test de estrés hechos hace dos semanas. No tuvieron en cuenta la crisis italiana ni el riesgo de litigios en países como España. De ahí que haya habido preocupación por una posible relajación de las entidades.
Tampoco ha funcionado el intento de que las entidades que no fueron examinadas por la EBA (pero sí por el BCE) mantengan en secreto su nota del test. Bankinter lo hizo el jueves, metiendo presión a las que no lo hacen. Algo que pone de manifiesto que los test europeos merecen un replanteamiento, más allá de parches como los de Guindos.
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