Finalmente no fue el nacionalismo catalán, ni vasco, ni siquiera el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Lo que finalmente "rompió España", según Financial Times, ha sido Bankia. El diario londinense dedica este viernes un reportaje al banco que, con su quiebra y necesidades de capital, ha puesto en jaque a la deuda pública española y forzado el rescate bancario, y quien sabe si la intervención completa de la economía. FT empieza el reportaje recordando cómo un alto ejecutivo del banco definía a Bankia, "en el último viernes de abril, como un grupo muy sólido con más de 10 millones de clientes". Pero justo una semana después, el Gobierno hubo de intervenir la entidad. Una muestra, para el diario, de la nula credibilidad de las autoridades españolas ya que, recuerda, "Bankia es un negocio altamente político".
"En otro país el crecimiento de Bankia sería visto como una burbuja. No así en España".
El diario asegura que ni siquiera los inversores consultados, aunque conocían del agujero de Bankia, esperaban 19.000 millones de boquete, que han convertido a Bankia en "la mayor catástrofe bancaria de la historia de España". El problema de su agujero -no descubre nada aquí el prestigioso rotativo- es la exposición al ladrillo de las cajas "dirigidas por políticos regionales" y que cabalgaron bien a gusto a lomos de la burbuja. Otra reflexión interesante que comentan los analistas consultados es la siguiente: "en otro país el crecimiento de las cajas de Bankia se hubiera visto como una burbuja. Pero no en España".
"Me parece muy difícil pensar que los que crearon la estructura de Bankia y estaban trabajando en sus equipos no estuvieran prevenidos sobre los problemas que tenía", asegura por su parte otro experto envuelto en la nacionalización de la entidad. Especialmente sangrante consideran la salida a bolsa, que "debió haberse suspendido después de que tras hacer un roadshow encontraron que los inversores internacionales no estaban interesados. Ese fue el gran error". Tampoco se olvida el diario de recordar como fue Lazard, firma muy vinculada al propio Rodrigo Rato, una de las encargadas de la salida a bolsa de la entidad, con unas acciones que arrancaron a un precio de 3,7 euros cada una y que ahora ya valen alrededor de un euro.
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