Economía

Reynés asegura a GIP y CVC una rentabilidad superior al 40% en Naturgy solo con el dividendo

Los dos últimos accionistas de referencia en llegar al grupo energético se embolsarán más de 2.900 millones de euros en cinco años solo con los dividendos contemplados en el plan estratégico, una cantidad que incluso podría ampliarse si se ejecuta la recompra de acciones

GIP y CVC, los fondos que han tomado un 40% de Naturgy en el último año y medio, serán los primeros en notar los efectos del que se ha convertido en el principal objetivo del grupo energético: la creación de valor. El generoso dividendo que se contempla en el plan estratégico de la empresa, presentado este jueves en Londres ante un nutrido grupo de analistas e inversores, hace que los fondos se aseguren una rentabilidad para su inversión en la antigua Gas Natural Fenosa superior al 40%, incluso en el caso de que el precio de la compañía en Bolsa no subiera de los 19 euros por título que tanto GIP como CVC pagaron en su día por sus paquetes accionariales.

En el peor de los casos, cada uno de los fondos se embolsaría unos 1.450 millones de euros en los próximos cinco años gracias a la nueva política de retribución al accionista de Naturgy, que eleva el dividendo de 2018 un 30% en relación con el del pasado año y asegura una subida anualizada del 5% para culminar en 2022 en la cota de 1,59 euros.

En este caso, CVC (que adquirió el 20% de la antigua Gas Natural Fenosa a Repsol a través de una sociedad en la que participa de forma minoritaria Corporación Financiera Alba) se garantiza una rentabilidad en torno al 38%, cifra algo superior para el caso de GIP, presente en el capital del grupo energético desde finales de septiembre de 2016, y que ya ha percibido algún dividendo.

La rentabilidad podría incrementarse incluso por encima del 48% en el caso de que Naturgy ejecute en su totalidad el programa de recompra de acciones, valorado en 2.000 millones de euros, que tiene previsto en el caso de que no encuentre oportunidades para el crecimiento inorgánico.

El plan estratégico con el que el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, se presentó ante analistas e inversores contempla un flujo de caja libre de 8.900 millones de euros para el periodo de vigencia del plan 2018-2022, De ellos, 6.900 millones irán destinados a retribuir a los socios en metálico mientras que los 2.000 millones restantes podrían tener el mismo destino, solo que a través de la recompra y posterior amortización de acciones propias.

Esta partida tan sólo se destinaría a operaciones corporativas si Naturgy encontrara una oportunidad para acometerlas, aunque someterá cualquier opción a unos exigentes criterios de rentabilidad para evaluar si definitivamente las lleva a cabo.

Hasta el 48%

En el caso de que la totalidad de esos 2.000 millones de euros fueran a parar a recomprar acciones, la rentabilidad que los fondos se asegurarían solo con los dividendos de la compañía se iría hasta el 48%. La cifra se incrementaría de forma gradual si, además, la cotización del grupo energético estuviera por encima de los mencionados 19 euros. Tras la presentación del plan, Naturgy cerró la jornada en el parqué en 22,51 euros.

Durante la rueda de prensa previa a la junta de accionistas, que se celebró este miércoles en Madrid, Reynés aseguró que ninguno de sus accionistas le había exigido ningún tipo de desinversión sino que su única reivindicación había sido la de "elaborar un plan estratégico que permitiera a la compañía crear valor".

Todo parece indicar que Reynés ha cumplido con el cometido encargado por los socios. Su mensaje a los inversores y accionistas fue también inequívoco: "no estamos obsesionados con el tamaño". Y después, en un encuentro con periodistas en Londres, apuntó que no haría ningún tipo de operación que no garantizara un retorno mínimamente exigible.

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