Francia preside la Comisión Europea desde el pasado 1 de enero. El país que abandera la energía nuclear en Europa reúne esta semana en la ciudad de Amiens, en un “consejo informal'', a los máximos mandatarios de los estados miembros. Un encuentro que estará marcado por los precios de la electricidad y el polémico asunto de la ‘etiqueta verde’ para invertir tanto en la producción de energía a través de gas natural como para la propia nuclear. Y Teresa Ribera defenderá su negativa a ambas posibilidades.
La ministra para la Transición Energética llegará este viernes a Amiens para reunirse con los titulares de Energía de los diferentes países. Allí se verá las caras con Barbara Pompili, su homóloga francesa. La representante del Gobierno francés ha sido el gran ariete para animar a la Comisión Europea a que etiquete como verde la inversión en nucleares. Francia tiene en la actualidad 58 reactores nucleares, frente a los siete de España, y anunció en noviembre la intención de seguir construyendo centrales.
España defiende desde que se conociera el borrador de propuesta de taxonomía verde de la Comisión Europea su rechazo a incluir la energía nuclear y la generación por gas natural en la tabla de clasificación de opciones verdes en el marco comunitario. “Independientemente de que puedan seguir acometiendo inversiones en una u otra, consideramos que no son energías verdes ni sostenibles”, declaraba el pasado 2 de enero la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Ribera tendrá como aliado al vicecanciller y ministro alemán de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck. El representante del nuevo Gobierno considera que “etiquetar la energía nuclear como sostenible es un error con esta tecnología de alto riesgo". Aunque tiene una posición mucho más moderada con el gas, considera que reciba esta taxonomía es simplemente “cuestionable”.
Los defensores de la etiqueta verde al gas defienden que este hidrocarburo genera menos CO2 que, por ejemplo, el carbón y que es clave para acompañar al despliegue de las renovables. Por su parte, aquellos como Francia que batallan para que se impulse invertir en nucleares se escudan en que no libera dióxido de carbono. Aunque, en su casa, sí entraña otros inconvenientes relativos a la seguridad o a la gestión de los residuos radiactivos.
Ribera también hablará de precios
Como recuerdan desde Transición Ecológica, este tipo de ‘consejos informales’ de los representantes de la Comisión Europea cuentan con una agenda más flexible que permite a los representantes de cada Estado hablar de los temas que son de su interés. Un tema que afecta a la mayoría de los países es el precio de la electricidad y se volverán a conocer alguna de las propuestas que presente cada país.
Una crisis que se espera que se mantenga en este 2022. Rusia volverá a ser un tema recurrente por la influencia de sus decisiones en los precios del gas que paga Europa. El FIT 55, el parque europeo para reducir en un 55% las emisiones en 2030 que se emitían en 1990, es un pacto que también ocupará tiempo para los ministros de la Comisión.
La intención de seguir reduciendo el mercado de emisiones lleva a que el coste de la contaminación es cada vez más alto y no parece conocer techo. Los expertos energéticos pronostican ya un 2022 todavía peor que 2021. Y en este encuentro de Amiens se espera conocer algunas unas decisiones efectivas que lo impidan.
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