Los clientes de la aerolínea de bajo coste Ryanair crecen mes a mes. Según los últimos datos publicados, en noviembre aumentó un 6% el número de pasajeros respecto al mismo mes del año anterior, hasta los 11 millones, con un 96% de los asientos ocupados. Lo mismo ocurrió en octubre, con un crecimiento interanual del 5%.
Sin embargo, la compañía ha revisado a la baja su previsión de tráfico de pasajeros para todo el año 2021, pasando de los 157 millones a 156 millones, además de anunciar el cierre de varias bases y la reducción de otras tantas. Es decir, que echará a su capacidad aérea ofertada.
Esto se debe a que Ryanair encargó a Boeing 210 aviones 737 MAX, el modelo siniestrado hace unos meses en Etiopía e Indonesia en dos accidentes mortales. Desde entonces, los aviones similares están paralizados en tierra de forma indefinida y la producción de los pedidos evoluciona a un ritmo mucho más lento de lo esperado.
Ryanair esperaba recibir 60 de esas aeronaves en 2020 para seguir aumentando su negocio, una estimación que después de los accidentes se redujo a 20 aviones y ahora se limita a apenas 10. El propio consejero delegado de la compañía, Michael O'Leary, ha reconocido que esto le costará al menos 100 millones de euros anuales.
La aerolínea cuenta con una flota de 475 aviones, pero necesita más si quiere seguir creciendo. "El pedido adicional de 210 Boeing 737 permitirá que Ryanair reduzca sus tarifas e incremente su tráfico hasta alcanzar los 200 millones de pasajeros anuales para el año fiscal de 2024", aseguran desde la compañía.
Pero lo cierto es que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) lleva meses inspeccionando este modelo de Boeing y cada cierto tiempo detectan nuevos fallos, lo que pone en una situación delicada a aerolíneas como Ryanair, con fuerte dependencia del mismo para sus más de 2.400 vuelos diarios desde 86 bases diferentes.
Recorte de bases
Ante tal panorama, la compañía aérea cerrará al menos cinco bases el próximo año, tres de ellas en España. Además de las últimas anunciadas, las de Nuremberg (Alemania) y Estocolmo Skavsta (Suecia), la aerolínea tiene previsto deshacerse de las de Gran Canaria, Tenerife Sur y Lanzarote.
El gigante irlandés facturó en España 1.000 millones de euros en 2018, su tercer mejor mercado después de Reino Unido e Italia, pero aun así los beneficios de la compañía han caído un 21% en el primer trimestre fiscal del año, hasta los 243 millones de euros. Entre los motivos también destaca el abaratamiento de los billetes, el encarecimiento del combustible y el aumento de los costes de plantilla.
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