Los activos proceden del fondo inmobiliario del Sabadell, que los había adquirido entre 2005 y 2012 y mantenido arrendados durante todo el periodo de la crisis. Estos inmuebles que pasan a formar parte de la cartera de Azora están ubicados en las áreas metropolitanas de Madrid y de Barcelona. La operación ha sido asesorada por los despachos de Pérez Llorca por parte del Sabadell y de Uría por el lado de Azora.
Esta operación se enmarca en la estrategia del banco de desinversión ordenada de activos en rentabilidad. En el último año, la entidad que preside Josep Oliu ha logrado colocar en el mercado activos por un volumen que supera los 600 millones de euros.
Varias ventas
En ese periodo se han realizado diferentes negocios de venta como un portfolio de ocho edificios residenciales a la Socimi Vivenio (gestionada por Renta Corporación y controlada por el fondo holandés APG) por más de 170 millones de euros; tres hospitales alquilados al Grupo Quirón Salud (adquiridos por la familia Godia) en 200 millones de euros, y un portfolio logístico/industrial al fondo americano Blackstone por algo más de 100 millones de euros.
Esta maniobra ha permitido a Sabadell, que está acelerando la venta de inmuebles, diferenciar la venta de estos activos de las grandes ventas de carteras con activos granulares y heterogéneos que también ha llevado a cabo en los últimos ejercicios.
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