En las últimas semanas, los líderes de las distintas formaciones políticas se han soltado la lengua y no han parado de realizar promesas sobre la necesidad de mejores condiciones salariales, rebajas en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para determinados colectivos... que no hacen más que poner en duda los conocimientos reales que tienen de la situación del país, tanto en los aspectos macroeconómicos, como de los del día a día.
Yolanda Díaz, líder de Sumar, dirigió a la patronal española, hace unas semanas, un dardo envenenado con el fin de posibilitar una subida generalizada de los salarios. La ministra de Trabajo en funciones dijo que con 1.500 euros al mes no se puede vivir con dignidad. El problema es que con esas condiciones retributivas viven más de la mitad de los españoles.
Hace apenas unos días, habló de una “herencia universal” de 20.000 euros que percibirían todas aquellas personas que cumplan 23 años, y que serían destinados obligatoriamente a aumentar su formación académica, emprender un negocio o a su inserción laboral. Prometer esa cantidad cuando cada español llega al mundo con una deuda, la de las administraciones públicas, de 1,526 billones de euros, 31.800 euros per cápita, parece, cuando menos, una “boutade”.
El candidato del PP a la presidencia del Gobierno en las lecciones generales del próximo día 23, Alberto Núñez Feijóo, se ha comprometido a rebajar el IRPF a todos los contribuyentes que ganen menos de 40.000 euros anuales. Esta promesa supondría reducir la tributación a cerca de 17 millones de contribuyentes, el 82% del total, o lo en otras palabras es lo mismo, subírsela a las rentas más altas.
Pedro Sánchez ha insistido en seguir subiendo el Salario Mínimo Interprofesional hasta alcanzar el 60% del salario medio en España. El problema es que el mercado, según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, señala dos sectores en los que, en el primer trimestre del año, se pagan salarios por debajo de esa cantidad.
El Ministerio de Hacienda acaba de publicar los datos pormenorizados de las declaraciones de la renta del año 2021 que dejan perplejo a más de un político. Los detalles de la renta de 2022 no se conocerán hasta bien entrado el próximo año, toda vez que el plazo de presentación de la declaración del IRPF del pasado ejercicio terminó el pasado 30 de junio.
Según la Agencia Tributaria, los más de 20,3 millones de contribuyentes que presentaron sus cuentas a Hacienda declararon percibir en 2021 unas retribuciones conjuntas provenientes de su trabajo de 499.745 millones de euros, lo que supone una media de 24.541 euros por español. De entrada, casi un 70% de los españoles no alcanza ese salario. O al menos dice a Hacienda que gana bastante de menos de esa cantidad.
Los ingresos más frecuentes de los españoles se sitúan entre los 12.000 y los 21.000 euros anuales. Un total de 4,26 millones de contribuyentes declararon ganar cantidades situadas entre esas cantidades. Son el 20,92% de los declarantes, ligeramente por encima de los 4,25 millones que dijeron ingresar entre 30.000 y 60.000 euros en 2021. El tercer grupo más numeroso es el de aquellas personas que obtienen entre 21.000 y 30.000 euros. Son 3,6 millones de ciudadanos, que suponen el 17,72%.
La realidad salarial de España en 2021, la última de la que hay datos detallados, es que el 74,47% de los ciudadanos declaró a Hacienda ganar menos de 30.000 euros anuales en 2021, tres de cada cuatro contribuyentes, y el 56,75%, ingresar menos de 21.000 euros. Estamos hablando, en el primero de los casos, de más de 15 millones de contribuyentes, y de 11,55 millones, en el segundo.
Los salarios más bajos de España
Pero hay otros datos que sonrojan a cualquiera. Uno de cada cuatro españoles asegura ingresar cada año menos de 6.000 euros; y casi el 36%, menos de 12.000 euros. En el otro extremo de la balanza se encuentran los privilegiados, que en nuestro país apenas suman 950.000 personas, el 5,64% del total de contribuyentes. Son aquellos que ingresan más de 60.000 euros anuales. De ellos, poco más de 104.000 dicen ganar entre 150.000 y 601.000 euros, y únicamente 9.659, más de esta cantidad: 100 millones de las antiguas pesetas, en vigor hasta 2002.
La pregunta es ¿ganaron más los españoles en 2021 que en 2020 o 2019? Si se comparan los datos medios de cada año, en 2021, la retribución salarial media de cada español fue de 24.541 euros, mientras en el año 2020 alcanzó los 23.638 euros, y en el año 2019, 24.231 euros. En valores totales, los contribuyentes españoles declararon unos ingresos derivados de su trabajo de 499.744 millones de euros en 2021, cuando en 2020 alcanzaron los 481.437 millones y en 2019, 463.835 millones.
El problema es que en el año 2021 la inflación fue del 6,5% y en 2020, del -0,5%%, de acuerdo con los datos del Índice de Precios de Consumo que publica mensualmente el Instituto Nacional de Estadística. Teniendo en cuenta el aumento del IPC en estos dos últimos ejercicios, el ingreso salarial medio declarado a Hacienda en 2019 hubiera sido, a precios de 2021, de 25.685 euros y en 2020, de 25.174 euros. Conclusión, cada español declaró ganar menos a Hacienda en 2021 que en los dos años anteriores.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación