Entre 46,40 euros y 710,73 euros es lo que va a suponer de más el pago del IRPF de 2023 a Hacienda por su negativa a deflactar la tarifa o, si se quiere, la subida encubierta del impuesto por no adecuarlo a la inflación, cuando empieza el tercer año con la inflación desbocada. El impacto es mucho mayor para las rentas bajas que para las medias y altas, según muestran los cálculos del Consejo General de Economistas Asesores Fiscales (REAF) -que también han analizado el efecto en las pensiones-, y van a empezar a notar los contribuyentes cuando cobren el mes de enero, y pagarán en la Campaña de la Renta de 2023 en la primavera de 2024.
Este impacto mayor de no deflactar la tarifa en las rentas bajas se produce a pesar de que el Gobierno de Pedro Sánchez lanzó una rebaja del IRPF para este colectivo in extremis en los Presupuestos de 2023, en un momento en el que peligraba su relato en la batalla fiscal que mantiene el PP.
Para calcular la renta deflactada, el REAF ha aplicado la subida salarial del 4,4% que estima la Agencia Tributaria en noviembre, sus últimos datos publicados. La Comunidad de Madrid, por su parte, ha deflactado la tarifa ya en 2022 sobre un 4,1%, que se corresponde con el incremento del coste salarial ordinario nacional del segundo trimestre de 2022, según la Encuesta trimestral de coste laboral del INE. Algunos economistas defienden que la tarifa debe deflactarse directamente con la inflación, del 8,5%.
Con los cálculos del REAF, un contribuyente con ingresos de 18.000 euros pagará 46,40 euros más que si se hubiera deflactado la tarifa, lo que supone una subida del 4,09%; si cobra 22.000 euros, tendrá que aportar 73,79 euros más, una subida del 2,65%; para 30.000 euros, la diferencia será de 127,12 euros, un 2,58% más; a quien ingrese 50.000 euros le saldrá pagar 253,53 euros más, un 2,10% de subida, y para rentas de 90.000 euros, el incremento será de 446,73 euros, del 1,60%.
Sin embargo, las rentas altas no experimentan subidas mayores a 710,73 euros por efecto del fin de la tarifa desde ingresos de 300.000 euros y aplica por lo tanto a los de 350.000 euros, 400.000 euros y 500.000 euros, que les supone una subida del 0,49%, 0,42% y 0,33%, respectivamente.
Un contribuyente al que le suban el sueldo pagará más IRPF en todo caso. Si hay inflación, y con una subida de sueldo que intenta compensarla, este ciudadano no tiene más renta en términos reales y no debería pagar más sino en la misma proporción. Esta distorsión se corrige deflactando. Al no hacerlo, Hacienda se queda con más proporción de lo que se le paga. En escenarios inflacionistas, las subidas salariales por motivo de la inflación con la tarifa progresiva de la Renta tienen un efecto pernicioso por hacer tributar más a alguien que tiene más renta nominal pero no real.
Y a los que no les suban el sueldo, su renta real es inferior y Hacienda se queda con lo mismo pero debería quedarse con menos.
En el caso de las pensiones, cuando acaba de entrar en vigor la subida del 8,5% ligada a la inflación media entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022 y algunos bancos ya han realizado el primer pago adelantado de enero, el REAF calcula que Hacienda se quedará en 2023 entre 149,06 euros y 1.241,28 euros del aumento, montante en el que se incluye el efecto de la inflación.
Para la pensión máxima alta, el Fisco se lleva un 37% de la subida del 8,5%. En todo caso, los pensionistas salen mejor parados que los asalariados porque les han subido más, aunque el que no se deflacte la tarifa también se come parte de su aumento. El golpe fiscal es igual para el mismo salario y la misma pensión, con la salvedad de que los trabajadores pagan un poco menos porque tienen más gastos por la retención de la Seguridad Social.
La recaudación extra roza los 33.000 millones
La recaudación tributaria ha alcanzado hasta noviembre los 32.919 millones de euros, cerca de un 17% más, según el informe de noviembre que ha publicado la Agencia Tributaria (AEAT), el último publicado, y salvo que Hacienda adelante la información, los datos de diciembre, el año completo, no se conocerán hasta marzo. Hasta noviembre, los ingresos tributarios ascienden a 239.789 millones, un incremento del 16,8%, en términos homogéneos, dos décimas menos que hasta octubre. La recaudación en el IRPF crece un 16% hasta noviembre; el Impuesto sobre Sociedades, un 26,8%; el IVA, un 16,2%, y los Impuestos Especiales, un 2,4%.
Entre las causas del aumento de la recaudación, la AEAT destaca que las retenciones del trabajo crecían en el conjunto de 2022 un 12,5%, fruto del aumento del empleo y de las subidas en los salarios y pensiones medios y en el tipo efectivo precisamente por la inflación.
Precisamente, la AEAT ha publicado un informe en el que trata de medir el impacto de la inflación en la recaudación. Concluye que 7.000 millones de los 27.000 que se ingresaron extra entre enero y agosto se deben a este fenómeno, es decir, un cuarto. La AIReF, en cambio, estima que en 2022 la inflación supuso un 50% de la recaudación extra, y calcula que en 2023 será un 70%.
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