España es un país de bares y, como todo, éstos han subido sus precios en el actual contexto inflacionista. La cuestión es cuánto, en comparación con otros productos o servicios que consumen periódicamente los hogares. En este sentido, mientras hacer la compra en el supermercado cuesta ya un 31% más que en 2019, los precios en bares y restaurantes han subido un 16%.
Esta subida, que en todo caso resulta elevada, no lo es tanto si se compara con otros países de la Unión Europea. Según los datos publicados por Eurostat, la oficina estadística de la UE, España es el quinto país en el que bares y restaurantes han subido menos sus precios, por detrás de Grecia (12,7%), Francia (13,9%), Italia (15,1%) y Chipre (16,3%).
Por detrás (con mayores encarecimientos acumulados) se posicionan el resto de Estados miembros. Destaca Hungría, con una subida de precios del 67,7% en restauración, seguido de República Checa (56,8%), Polonia (52,2%) y Bulgaria (47,1%). De media, los establecimientos del conjunto de la UE se han encarecido un 21,1% entre julio de 2019 y el mismo mes de 2023.
Además de los factores que están permitiendo a España tener una inflación inferior a la del resto de países, también impactan las decisiones empresariales que se hayan adoptado para hacer frente al contexto actual. Para subir menos los precios, los hosteleros podrían haber ajustado sus costes, por ejemplo, limitando las raciones, suprimiendo las tapas, o modificando los menús por otros más económicos.
Pérdida de poder adquisitivo
Otra cuestión diferente es la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los ciudadanos españoles. De hecho, según Eurostat, no logran equiparar su nivel de vida con la media de la UE desde 2008. En aquel momento, el consumo individual real (AIC, por sus siglas en inglés) en España, entendido como el mejor indicador para medir el nivel de vida real de los hogares y comparar el bienestar entre países, era similar al del promedio de la UE.
La situación ha empeorado en los últimos años, con la pandemia y la crisis inflacionista. En 2022 el consumo individual real de los españoles estaba un 15% por debajo de la media de la Unión Europea. En el último año los salarios no se han revalorizado al mismo ritmo que el IPC, lo que ha hecho a los ciudadanos perder aún más capacidad de compra, especialmente a los españoles.
En 2022 la inflación media fue del 8,3% en España y del 9,2% en la UE. Es decir, que la subida de precios que soportaron los españoles fue un 10% inferior a la media de los europeos. Sin embargo, según Eurostat, durante ese mismo año, los sueldos repuntaron un 4,4% en la UE, mientras que en España lo hicieron un 3%. Es decir, que en nuestro país crecieron un 32% menos que en el conjunto de la Unión.
La Comisión Europea ya ha advertido de que los españoles también perderán poder adquisitivo este año. Los salarios han cogido ritmo y previsiblemente crecerán más alineados con la inflación. Sin embargo, las últimas previsiones económicas de Bruselas apuntan a que en ningún caso habrá 'ganancia': no contempla que crezcan más de un 4%, que es la inflación prevista para este año.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación