Más humano que nunca, peleón como siempre. "Ha tenido un problema de espalda, se ha tratado y por eso está flaco…pero tranquilo, ya resuelto".
El último ha sido un año de grandes decepciones para Florentino Pérez (74). Ni el manto de sus afines Antonio García Ferreras - ‘Ferri’, como ya es público que le llama-, y Eduardo Inda han alcanzado para ocultar que ya no puede erigirse en el "ser superior" -como le definió Emilio Butragueño- para todo el mundo. "Bomba de humo inasumible", le espetaron desde el económico Merca2 tras su intentona de reventar la alianza del presidente de La Liga Javier Tebas con el fondo CVC.
En el 2021 se acumularon los puentes truncados para el ingeniero de caminos. Ni la Superliga europea que promocionó ante el sistema de la UEFA, ni el prometido fichaje de la estrella gala Kylian Mbappé ante el dinero de Catar, ni el atisbo de una sucesión armónica en ACS. La obsesión por catapultarse en el Real Madrid ha sido mala consejera de su gestión en la constructora a tenor de no pocos inversores, nacionales e internacionales. "La tiene algo desatendida", dicen fuentes conocedoras de Pérez. La acción de la adjudicataria de más contratos en el mundo sigue un 15% por debajo de los niveles de 2019.
En 2021, Florentino rubricó la venta del negocio industrial de ACS a la francesa Vinci, una operación de 4.900 millones para plantar cara a Iberdrola que supuso renunciar a un nuevo sucesor para su compañía, José María Castillo. Poco antes, había invitado también a su eterno ‘ojo derecho’ en la constructora, Marcelino Fernández Verdes, a dar un paso al costado por sus últimos fracasos en Oriente Medio. "En 2022 quizás busque otra gran operación corporativa con ACS…él se quiere retirar en la Fundación del Real Madrid, desde donde podrá controlar al club para siempre", afirman fuentes cercanas al día a día del mandatario merengue.
Florentino no se rendirá
Quienes le conocen más por ACS no se atreven a darlo por amortizado en ninguno de los frentes, ni en la constructora -que venía disparada en EEUU ya antes de la pandemia-, ni en Concha Espina. Ni siquiera en la Superliga europea de poderosos antisistema, que él presentó en abril a bombo y platillo para luego sucumbir al ridículo de la desbandada pública de nueve de los doce fundadores y del propio CVC.
"Javier de Jaime (CVC) le traicionó, igual que Sánchez (Pedro), después de meses negociando con (Miquel) Iceta un texto para que el Gobierno y la Abogacía del Estado se posicionen con la Superliga", señalan fuentes cercanas al líder merengue. "Pero nada de abandonar, él va a por todas", insisten fuentes próximas, recordando que tiene a los Agnelli de su lado, y que en 2022 probablemente culmine el juicio de la Superliga en Luxemburgo contra el "monopolio" de la UEFA.
"La tiene entre ceja y ceja, es su próximo objetivo, y ya se sabe que es mejor no tenerlo de enemigo; si no, que se lo digan a (Ignacio) Sánchez-Galán", señalan, sobre su interminable zaga de gallos Ibex con el presidente de Iberdrola que ha llegado hasta el excomisario Villarejo.
Su objetivo para el 2022 no es otro que volver a hacer de las suyas y consumar el paso a la posteridad con "el mejor estadio del mundo para el siglo XXI" bajo el brazo
En un año para olvidar, Florentino tuvo tiempo para torpedear una operación de 9.000 millones de un fondo australiano en Italia a pedido de su Gobierno y Los Benetton; se aseguró la reelección sin rivales en el Real Madrid, y mantuvo su magia para levantar 4.000 millones para doce clubes mientras la UEFA ahora aliada con los Jeques árabes sufre, casi un año después, para conseguir 2.000 millones para toda Europa.
Su objetivo para el 2022 no es otro que volver a hacer de las suyas y consumar el paso a la posteridad con "el mejor estadio del mundo para el siglo XXI" bajo el brazo. Allí donde se hará patente que él es amigo de sus amigos, todos sus socios, en ACS y el Madrid, desde el banco americano JP Morgan hasta el despacho británico Clifford Chance, pasando por el expresidente de Endesa Borja Prado, sus emisarios Anas Laghrari y John Hahn, y la siempre cercana burguesía política madrileña, además de su propia familia de sangre.
El estreno del nuevo Santiago Bernabéu, conectado con el futurista Madrid Nuevo Norte, quizá con la estela del mejor del mundo Mbappé -ya libre-, la Superliga -quien sabe si hasta Mundial- y la NBA, será la cumbre de su último arreón en busca de la eternidad.
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