El 2020 será un año más movido que otros para el deporte o, al menos, para la industria. Tokio será el escaparate de unos nuevos Juegos Olímpicos de verano que se prevé que supongan el gran salto de la mujer al deporte como parte de una nueva era durante la cual se espera que ellas acaparen una cuota de la industria similar a la de ellos.
Diferentes expertos del mundo del marketing deportivo ya observan una reducción de la enorme brecha general actual a un 60-40% al cabo de la próxima década, con la salvedad del fútbol y el automovilismo, deportes más mediáticamente alejados de la órbita olímpica.
En España, buena parte de las expectativas de conseguir medalla en los Juegos están depositadas en deportes femeninos
Sin embargo, el ya notorio impacto mediático del Mundial de Fútbol femenino de 2019, que dejó unos 500 millones de euros en Francia, permite pensar que los Juegos Olímpicos de este año, con un presupuesto récord de alrededor de 25.000 millones de dólares detrás, serán un buen barómetro del ritmo con que crece o no el deporte femenino a nivel de industria.
En España, buena parte de las expectativas de conseguir medallas en los Juegos están depositadas en deportes femeninos. A las ya históricas Mireia Belmonte (natación), Lydia Valentín (halterofilia) y Carolina Marín (bádminton) se le suman este año la campeona del mundo de Kata en 2018, Sandra Sánchez, la selección femenina de baloncesto (actual campeona europea y medalla de plata en Río de Janeiro) y la de balonmano (actual subcampeona europea, tiene todavía que clasificarse a los juegos), entre otras.
Liberty, la empresa que gestiona la comercialización de la Fórmula 1, ha prometido además impulsar la entrada de la mujer al circuito como parte de sus planes de revolucionar la competencia a partir de 2021.
La revolución industrial del fútbol
Paralelamente, el 2020 será el año en el que la Eurocopa, la segunda competición con más impacto internacional del deporte más popular del mundo, estrenará un nuevo formato que promueve el despliegue de la competición por todo el Viejo Continente y con ello, disparar sus ingresos.
La evolución del cambio de formato a buen seguro repercutirá en los planes de la UEFA de cara a planificar y/o anunciar reformas estructurales en todas sus competiciones, tanto de clubes como de selecciones, en la víspera de la celebración del primer gran Mundial de Clubes de fútbol en 2021.
El 2020 será un año marcado por el creciente peso de los fondos de inversión en la industria del fútbol, y con ello, en sus estructuras
Esta última competición, impulsada por la FIFA como parte de su búsqueda de nuevos ingresos ante el estancamiento del Mundial de Selecciones, se ha convertido en caldo de cultivo para un creciente interés de clubes poderosos como el Real Madrid y fondos de inversión en impulsar también superligas mundiales.
La irrupción récord del fondo de capital riesgo de Silicon Valley, Silver Lake, en el accionariado del Manchester City el pasado mes de noviembre, elevando el valor del equipo a los 4.500 millones, hace presagiar que el 2020 será un año marcado por el creciente peso de los fondos de inversión en la industria, y con ello, en sus estructuras.
Expertos del sector incluso apuntan que en 2020 podrían ya producirse las primeras salidas de entidades futboleras (y deportivas en general) a Bolsa en España.
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