Los teléfonos plegables han dejado de ser una entelequia para ser una realidad. Los prototipos y diseños que se lanzaron hace años hoy son de carne y hueso y se pueden comprar. Hay quien miraba con desconfianza esta nueva categoría de producto por lo que implican los equipos plegables: durabilidad de las pantallas, usabilidad, batería, mayor tamaño y peso, etcétera.
Lo cierto es que Samsung ha dado un paso con el Galaxy Z Fold 5 y ha acabado con muchos de estos y otros resquemores. De entrada, su tamaño ya se equipara, plegado, al de muchos equipos tradicionales y la pantalla plegable apenas muestra el pliegue que en anteriores lanzamientos molestaba a algunos usuarios, tan necesario para que el panel se doble sin romperse. El peso sí sigue siendo un problema, pero parece un peaje insalvable en los teléfonos plegables: en este caso asciende a 253 gramos, entre 70 y 100 más que los móviles convencionales.
Otro factor que echaba para atrás a algunos compradores era la calidad de las fotos de algunos equipos plegables. Si en el Galaxy Z Flip 5, el otro dispositivo de Samsung en esta categoría, flojea en esta parte, en el Fold 5 la cámara saca pecho. Y mucho. El sistema está compuesto por tres sensores, uno principal de 50 megapíxeles, un gran angular de 12 megapíxeles y un teleobjetivo de tres aumentos y 12 megapíxeles. Como decimos, las fotos son de primer nivel, lo que se espera en un gama alta. Mención especial para los retratos. El degradado de fondo que hace por defecto es una delicia, ni molesta por exceso ni por defecto.
Samsumg debe mejorar la batería
El Samsung Galaxy Z Fold 5 viene con el procesador Snapdragon Gen 2, específicamente diseñado por el fabricante de chips para la coreana para sacarle un mayor rendimiento al dispositivo. Uno de los grandes 'peros' del teléfono está en su batería. Hablamos de 4.400 mAh de capacidad. Para poner esta cifra en contexto, los terminales con una única pantalla suelen tener unos 5.000 mAh. Resulta una cifra escasa para un móvil con dos pantallas, una de ellas de nada menos que 7,6 pulgadas (la principal es de 6,2 pulgadas).
Algo que podría haberse paliado en cierta medida con una carga rápida. La que incluye es de 25W, insuficiente para un equipo de gama alta, que alimenta la pila de cero a cien en unos 85 minutos, según asegura el fabricante. La unidad que hemos analizado en Vozpópuli ha cargado aproximadamente en ese tiempo durante las pruebas realizadas.
La pantalla del Samsung Galaxy Fold 5, casi de 10
El display del Galaxy Fold 5 está enfocado a la productividad. Sus dimensiones permiten trabajar y realizar tareas de ofimática con un teclado conectado por bluetooth como si se tratara de un clásico tablet.
Es de tipo Dynamic Amoled con tasa de refresco adaptativa hasta 120 Hz y 1.750 nits de brillo. El sol no será en este sentido un problema. La funda oficial incorpora un lápiz táctil para trabajar con el Fold, accesorio que se agradece mucho y que encaja perfectamente en el protector.
En cuanto a las configuraciones de memoria, todas llevan 12 GB de RAM. Se ofrecen tres opciones de ROM: 256 GB, 512 GB y 1 TB. El equipo se puede adquirir en los colores Azul Hielo, Negro Fantasma, Crema, Gris y Azul.
Conclusión
La conclusión, a falta de que en las futuras versiones mejore la batería, es que esta sea una categoría de producto con mucho recorrido. Nadie puede saber si desplazará definitivamente en el futuro a los móviles convencionales como por ejemplo sucedió con los teclados físicos con la llegada de las pantallas táctiles.
Todo dependerá del precio. Es ahí donde está la mayor barrera. Hablamos de un móvil que puede irse, según versión, al entorno de los 2.000 euros de precio. Está al alcance de muy pocos. Sin embargo, tenemos la sensación de que es un producto de no retorno. Si se prueba, lo más normal es que no se vuelva a los teléfonos monopantalla. Esto será más fácil, recalcamos, si se mejora la batería y se reduce el precio.
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