El desembarco de Elma Saiz en el Gobierno era el último fleco que quedaba para plantear la moción de censura de PSOE y Bildu a la alcaldía de Pamplona que se ha hecho pública este miércoles. Una llorosa María Chivite despedía a su colaboradora de máxima confianza el pasado 20 de noviembre en su toma de posesión como ministra de Seguridad Social. La llegada de la exconsejera de Hacienda navarra se interpretaba entonces como un guiño al PNV para la negociación de la transferencia de la gestión de la Seguridad Social.
José Luis Escrivá le entregó la cartera haciendo una alabanza a su polémica reforma de las pensiones y sobre Saiz dijo que recordaba haber coincidido en un encuentro con ella y glosó la seriedad de las cuentas de Navarra.
Saiz, consejera de Economía y Hacienda del Gobierno Foral hasta el 28 de abril, fue la gran apuesta del PSN para la capital en las elecciones municipales del 28M. Lideró la tercera lista más votada por detrás de UPN y Bildu y podría haber gobernado con Bildu. El 30 de mayo, al día siguiente de que Pedro Sánchez convocara por sorpresa elecciones generales para el 23 de julio y disolviera las Cortes, Saiz declaraba con tono rotundo: "El Partido Socialista se presentaba para liderar el Ayuntamiento de Pamplona. No para hacer alcalde a Cristina Ibarrola de UPN, ni alcalde a Joseba Asirón de Euskal Herria Bildu. Pero también he dicho de manera reiterada que los socialistas no vamos a hacer alcalde a Joseba Asirón". "No, rotundamente no", subrayaba en mayo cuando se le preguntaba por un pacto con Bildu.
En el pacto con Bildu, el PSOE queda fuera y cede la Alcaldía a los abertzales. Saiz quedaba descolgada como concejala rasa en el Ayuntamiento de Pamplona tras haber dejado el Gobierno Foral. Las fuentes conocedoras que ha consultado Vozpópuli descartan que el problema fuera que la mano derecha de Chivite planteara oponerse al pacto con Bildu y describen la operación como un pacto entre Chivite y Pedro Sánchez para 'colocarla'.
A lo que se añade que su imagen quedaba muy dañada en Pamplona después de haberse significado tanto en la oposición frontal al pacto incluso pasadas las elecciones municipales.
De hecho, el pacto de Bildu con la propia Chivite no se consiguió hasta el 7 de agosto, una vez que pasaron los comicios generales y se presentó como el resultado de una ardua negociación, de la que algunos analistas llegaron a interpretar que Chivite podía perder Navarra por haber entregado Pamplona a UPN y que planteaba incluso un veto a Bildu.
El que no tenía dudas desde mucho antes sobre lo que se fraguaba era Carlos García Adanero, candidato del PP a la Alcaldía de Pamplona, que advertía el 22 de mayo en esRadio: "Que a nadie le quepa ninguna duda que el pacto del PSOE y Bildu está hecho. Eso va a pasar".
Ni saludaban
Sobre Bildu, decía entonces: El PSOE "los ha blanqueado" porque "ha ido cumpliendo" todo lo acordado con el partido de Arnaldo Otegi. De todos sus socios "es con los únicos con los que ha cumplido". A los proetarras "lo que más les preocupaba era el blanqueamiento".
En este escenario, la todavía alcaldesa de Pamplona ha apelado en varias ocasiones a la conciencia de "María Chivite, Santos Cerdán, Ramón Alzórriz y Elma Saiz" como altos cargos del PSN involucrados en el pacto con Bildu.
Ibarrola ha declarado este miércoles en rueda de prensa tras conocerse la moción de censura que se prepara que los socialistas "ni saludaban" en estos meses, a la espera de plantear la ofensiva contra su mandato.
Los representantes del PSN y Bildu se han dedicado a rechazar todo lo que proponía, ha lamentado. De ahí ahora que expliquen la moción tanto en Pamplona como en Madrid, según ha sostenido Patxi López, en la "parálisis" de un gobierno municipal que echó a andar el 17 de junio.
Ibarrola también ha recordado que los grupos de la moción han reservado un espacio en la ciudad para el 28 de diciembre, día en que tendrá lugar.
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