No habrá ‘MidCat’, pero sí ‘BarMar’. Pedro Sánchez y Emmanuel Macron han decidido abandonar el gasoducto que cruzaba los Pirineos, que ya contaba con pequeños avances, para proyectar una tubería nueva submarina que conecte Barcelona con Marsella. Pero su anuncio llega sin estimación de coste ni calendario de construcción.
Ese debate llegará a finales de año. Concretamente, el próximo 9 de diciembre se volverán a reunir los presidentes de España, Francia y Portugal para decidir el calendario, las financiación y los costes relacionados con el ‘BarMar’. Mientras, Teresa Ribera y sus homólogos de ambos países mantendrán conversaciones hasta esa fecha para poder concretar la puesta en marcha de esta infraestructura.
Desde el Gobierno no se la juegan todavía con estimaciones sobre la inversión que se necesita. Las fuentes del sector consultadas por Vozpópuli consideran que una infraestructura de este calado podría necesitar una cantidad de capital similar a los 1.750 millones que se presupuestaron para la interconexión eléctrica submarina proyectada entre España y Francia por el Golfo de Vizcaya. De esta partida, 578 millones están financiados por la Unión Europea y es un recurso que volverá a estar encima de la mesa.
Una interconexión eléctrica que también ha estado presente en las conversaciones entre Sánchez y Macron. Ambos presidentes están de acuerdo que hay que acelerar el trabajo para finalizar la nueva conexión eléctrica por el Golfo de Vizcaya porque esta infraestructura todavía no está operativa. Las consultas arrancaron en 2017 y, con algún factor inesperado, las obras se esperan que terminen entre 2026 y 2027.
Unos plazos que pueden servir de referencia para el nuevo acuerdo entre Francia y España. Su puesta en marcha no servirá para solucionar el riesgo de suministro de gas que vive el centro de Europa. Es más, Sánchez habla de una tubería que transporte hidrógeno y que esté técnicamente adaptada para transportar otros gases renovables, que son alternativas que en la actualidad viven una fase muy madura en España. La realidad actual es que se utilice para transportar gas natural como fuente de “energía temporal y transitoria”, ya que desde el Gobierno señala la circulación de gas natural será “en una proporción limitada”.
Sánchez gana a Macron
El anuncio del 'BarMar' se ha celebrado desde Moncloa. Se considera una nueva victoria de Pedro Sánchez en el terreno europeo frente a un Emmanuel Macron que se había enrocado en no ampliar su interconexión gasista con España. Fuentes del PSOE comentan que este pacto es "una nueva muestra del liderazgo internacional de España, algo que no pasaba desde hacía años".
Francia no quiso en 2019 y no ha cambiado de opinión ahora pese a la crisis con Rusia. Uno de los principales factores que determinaba su rechazo era la inversión que Francia tenía que hacer para que España pudiera conectarse con la red gasista europea. Macron necesitaba cerca de 3.000 millones de euros y consideraba que no le aporta nada dentro de su política energética.
Pero ha tenido que cambiar de opinión. Desde el sector energético hablan que la debilidad energética de Alemania ha empujado este cambio de rumbo. Desde el Gobierno se señala a Pedro Sánchez como el único culpable de este acuerdo. "Una victoria más de un Presidente que nunca se rinde ni baja los brazos ante una dificultad", insisten desde el PSOE.
Sánchez también ha celebrado nuevos acuerdos con António Costa, como es el caso de las interconexiones de gas renovable a prueba de futuro entre Portugal y España conectando Celourico da Beira y Zamora (CelZa).Su acuerdo se basa en que son tres países que tienen que avanzar en el desarrollo de las interconexiones energéticas para completar el mercado energético de la Unión Europea. Ahora, una vez celebrado el acuerdo, el sector está pendiente en los detalles de cómo, cuándo, quién y a qué precio se ejecuta esta obra.
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