Pedro Sánchez y Teresa Ribera aparcan, de momento, la recuperación de los famosos ‘beneficios caídos del cielo’ y apuestan por convencer a Bruselas que se limite el precio del gas, aunque sin sacarlo del mercado eléctrico. Dos movimientos que son del agrado de las grandes eléctricas, lideradas por Iberdrola y Endesa. La iniciativa de las petroleras y las gasistas, Repsol y Naturgy, era 'independizar' el gas del mercado para que no se afectara al resto de tecnologías. Una propuesta que ha quedado completamente descartada.
Ribera anunciaba esta misma mañana que no es momento de hablar de recuperar los ‘beneficios caídos del cielo’. Es decir, el Gobierno descarta ahora retirarle a las eléctricas aquellas ganancias que obtienen las tecnologías de generación eléctrica que no tienen que pagar derechos de CO2 ni usan gas al cobrar en el mercado el mismo precio que la fuente de generación más cara, los ciclos combinados de gas.
En el Consejo de Ministros del martes ya se empezó a atisbar que esta medida está de momento aparcada. Poco antes se habían reunido Sánchez y Ribera con las eléctricas. El ajuste de los beneficios caídos del cielo ha sido anunciado por Pedro Sánchez a bombo y platillo en dos ocasiones. En septiembre, cuando avanzó nuevas rebajas de impuestos a la electricidad en TVE, y en el Congreso el pasado 2 de marzo cuando presentó un plan para paliar los efectos de la crisis por la invasión de Ucrania. Pero la medida ya la había aprobado Ribera en junio.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, negó el pasado 14 de marzo en el Senado que el Gobierno vaya a subir impuestos a las eléctricas, lo que recomienda la OCDE, y dijo que el Ejecutivo preferiría centrarse en topar los beneficios caídos del cielo. Sin embargo, la propia Montero decía una semana más tarde en la misma Cámara que no se trata de topar porque "el Gobierno está intentando que no se generen esos beneficios". Es decir, que la solución la ponga Bruselas.
Y es que aunque el propio Pedro Sánchez se mostraba orgulloso minutos antes de entrar en el Consejo Europeo de que la hoja de ruta europea para independizarse energéticamente de Rusia hace referencia a estos windfall profits, el plan está en punto muerto. En agosto se articuló mediante un proyecto de ley que todavía no se ha aprobado. Y cuando cuando la Comisión Europea asume esta medida, el ejecutivo español la pone en barbecho.
La Comisión destaca en esta circular que, en los mercados mayoristas de electricidad, las centrales eléctricas de gas fijan el precio de mercado siempre que sean las unidades más caras necesarias para asegurar que la oferta satisfaga la demanda. Desde Europa también alertan que, como afirmaba el Gobierno español, las renovables, nucleares o hidroeléctricas han aumentado sus ganancias gracias a los altos precios del gas.
No habrá windfall profits. En cambio sí se pretenderá un límite al precio del gas que reduzca el descontrol actual pero que sigue remunerando al resto de las tecnologías del mercado a precios altos, como lo ha hecho durante todo 2021 y lo que llevamos de 2022. Una música que gusta a las eléctricas y que no convence a los grandes operadores de hidrocarburos que ahora verán capados sus ingresos. Incluso, se las tendrá que ‘apañar’ para lograr compensaciones por vender su energía a un precio menor a la que compran.
Sin subidas de impuestos
Tanto Ribera como Montero han descartado que vayan a subirse impuestos a las eléctricas como reclaman la OCDE y Podemos. Una subida sectorial del Impuesto sobre Sociedades no tendría sentido, trasladan fuentes de Transición Ecológica. El nuevo objeto de un posible ajuste son ahora las petroleras, a las que el Gobierno dice ahora que quiere cargar el plan de ayudas al transporte.
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