Mientras el debate sobre la calidad de la carne que exporta España se mantiene, el Ministerio de Sanidad se preocupa por la carne que importa. El equipo de Carolina Darias, a través de la Secretaría de Estado de Sanidad, pagará 1,5 millones de euros para que se examinen aquellos alimentos que se compran fuera de sus fronteras, entre ellos, los productos cárnicos.
“El objeto de este contrato es la realización de los ensayos en productos alimenticios y materiales en contacto con los alimentos procedentes de terceros países, en muestras aportadas por los Servicios de Inspección de Sanidad Exterior de las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno, con el fin de obtener resultados analíticos y que deberán satisfacer los requisitos especificados en el presente Pliego de Prescripciones Técnicas”, explica Sanidad en el pliego.
En total, este contrato se divide en 10 lotes. Uno de estos apartados incluye la tarea de encontrar residuos de plaguicidas en carnes. También el análisis de posibles aditivos en productos cárnicos no sometidos a tratamiento térmico y tradicionales curados. Un tercer lote pretende revisar que no existan residuos de medicamentos en productos de origen animal (carnes animales terrestres).
“El laboratorio garantizará la realización de sus actividades con plena independencia, no pudiendo realizar los análisis con validez oficial para empresas, establecimientos o instituciones con las que mantenga alguna relación comercial, o de otro tipo, que no garantice la salvaguarda de la imparcialidad y objetividad de los análisis”, comentan desde el Ministerio de Sanidad.
Este servicio se producirá a lo largo de 2022, 2023 y 2024 a demanda de los Servicios de Inspección de Sanidad Exterior. El tiempo de ejecución de cada ensayo no deberá sobrepasar el ofertado por el laboratorio contratante. En cualquier caso, no será superior a 15 días hábiles, salvo en aquellos ensayos en que el tiempo de ejecución establecido sea superior.
Sanidad Exterior
Los encargados de velar por la calidad de los productos alimentarios que nuestro país importa son los mismos que ahora están en primera línea contra la covid-19: la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y, más concretamente, la Subdirección General de Sanidad Exterior. Este tipo de análisis sanitarios no solo son habituales en España, sino que una directiva europea obliga a los Estados miembros a su puesta en marcha.
El Ministerio de Sanidad reconoce que los recursos humanos y el equipamiento actuales de los laboratorios del Departamento y de las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno son insuficientes para abordar la totalidad de los controles físicos que plantea el Programa de Vigilancia.
Es más, sólo existen dos laboratorios de Sanidad Exterior acreditados (Vigo y Santander) que, por su reducido alcance de acreditación, "únicamente pueden colaborar en la realización de los estudios de biotoxinas marinas, metales pesados, Salmonella spp., Listeria monocytogenes, Campylobacter spp., Vibrio cholerae y dióxido de azufre en productos de origen animal".
Importaciones de carne
Según el portal Datadista, las importaciones de carne en nuestro país han seguido un ritmo ascendente hasta 2017. En 2018, último año de Rajoy al frente del Gobierno, se produjo una fuerte caída en la importación de este producto, pasando de las 730.000 toneladas a las 715.000. Desde entonces han vuelto a crecer, sin llegar a los niveles de 2017, registrándose en 2020 la importación de 723.000 toneladas de carne.
En cuanto a la importación de carne de vacuno, el Ministerio de Agricultura apunta en su último informe que España ha reducido en un 16,9% la compra de este producto al exterior. Como origen de nuestras importaciones, destaca el papel suministrador de Polonia (21,5% sobre lo importado en 2020), seguido de Países Bajos (14,8%), Irlanda (12,9%) o Alemania (12,2%). En cuanto a las importaciones no comunitarias, los principales suministradores son Brasil (4,9%) y Uruguay (2,1%).
En los últimos días, las ganaderías se han vuelto el escenario favorito de los candidatos a las elecciones de Castilla y León para defender su programa. Pablo Casado, enfundado en chaqueta marrón campera, aparecía el pasado viernes rodeado de vacas de raza frisona, en una explotación ganadera de Ávila, donde apuntó que Garzón solo ha visto vacas "como un holograma de una serie de Netflix". Las declaraciones de Garzón en 'The Guardian' siguen proporcionando munición para la oposición, que ha pedido la dimisión del ministro de Consumo junto a otros miembros del PSOE como el dirigente de Castilla La-Mancha, Emiliano García Page. Garzón, sin embargo, no tiene intención de dimitir.
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