El Ministerio de Sanidad no aclara cuáles serán las sanciones que se aplicarán a los viajeros procedentes de países de riesgo que lleguen a España por vía aérea o marítima sin una PCR negativa a partir del 23 de noviembre pues, según dicen, "dependerán de las circunstancias" de cada persona.
Hasta ahora, en los aeropuertos sólo se llevaba a cabo un control de temperatura y visual. Como novedad, los pasajeros deberán indicar en un formulario si disponen de una PCR negativa realizada en las 72 horas previas a la llegada y en cualquier momento se les podrá solicitar la acreditación del resultado de la prueba.
El ministro Salvador Illa ha aclarado este miércoles en rueda de prensa que los viajeros internacionales que no se hayan hecho una prueba en el país de origen tendrán la posibilidad de hacerse un test a su llegada a nuestro país, pero serán sancionados.
"Se irá valorando"
En la resolución publicada este jueves en el Boletín Oficial del Estado se apela al Título VI de la Ley General de Salud Pública de 2011, donde se contemplan sanciones, en función de la infracción (muy grave, grave o leve), de entre 3.000 y 600.000 euros.
El Ministerio de Sanidad señala a Vozpópuli que las multas a los viajeros que lleguen a España sin PCR negativa "dependerá de las circunstancias: si luego resulta negativo, si tenía síntomas al viajar o si da positivo".
A la pregunta de si no se ha concretado que tipo de infracción y sanción se considerará en cada caso, desde Sanidad responden que "se irá valorando" y sólo "se ha concretado que podrán ir desde los 3.000 hasta los 600.000 euros, según lo que establece la orden general de salud pública".
Una medida ansiada
Los test obligatorios en origen llegan meses después de que comunidades autónomas y el sector turístico hayan reclamado reiteradamente al Ejecutivo de Pedro Sánchez esta medida. Canarias exige PCR negativa a los turistas desde hace dos semanas.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso al frente, cargó contra los controles "absolutamente insuficientes" a los que debían someterse los pasajeros del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
España era uno de pocos países de la Unión Europea que todavía no había impuesto restricciones para los viajeros comunitarios que aterrizan en sus aeropuertos, tal y como informó Vozpópuli hace una semana.
Con los rebrotes de coronavirus en el continente, la mayoría de los Gobiernos ya exigían pruebas PCR o cuarentenas obligatorias a los turistas procedentes de los lugares con mayor incidencia del virus, con el fin de reducir el nivel de contagios y controlar la pandemia.
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