Santander, Sabadell, Telefónica, Iberdrola y Ferrovial, las cinco grandes del Ibex más expuestas al mercado británico, tratan de digerir, como pueden, el impacto del brexit.
La filial británica de la entidad que preside Ana Botín supone cerca de una cuarta parte de los beneficios del grupo, lo que le convierte en una entidad especialmente sensible a un impacto económico tanto en Reino Unido como en la zona euro. Más allá de la posibilidad de recolocar su negocio de banca de inversión fuera de Londres, la estrategia del banco para amortiguar el impacto del Brexit ha pasado por la diversificación geográfica, que aporta "estabilidad y fortaleza" en palabras de la propia presidenta.
Hace apenas unas semanas la entidad mostró su compromiso con Reino Unido, asegurando que, pasara lo que pasara con el referéndum, se mantendría en las islas. Más allá de la posible caída del crecimiento potencial a medio y largo plazo, una de las principales preocupaciones de los responsables del banco estaba en la caída de la libra, que devaluaría la inversión del grupo en su filial británica y podría reducir la capacidad de la entidad de repartir dividendos. Para sortear esta eventualidad se han dispuesto de mecanismos de cobertura de divisas, con el fin de aminorar cualquier impacto.
Tanto Santander como Sabadell pasaron con suficiencia los test de estrés del Banco de Inglaterra, que entre sus escenarios contemplaban el impacto de un hipotético Brexit. En el caso de la entidad catalana, su "actividad minorista pura" no se vería especialmente afectada, toda vez que hubiera o no una caída de las divisas, los servicios de este tipo de banca seguirán siendo necesarios. La posición de principal 'challenger' del mercado de la filial de Sabadell en Reino Unido (TSB) le garantiza en prácticamente cualquier escenario una cuota de negocio relevante, al margen de los vaivenes de la moneda.
Iberdrola destinará al país inversiones por valor de 8.400 millones de euros hasta 2020, el 35% del total del grupo a nivel mundial
El grupo Iberdrola, por su parte, tiene una gran exposición al Reino Unido. Tras la compra de ScottishPower (pagó 17.200 millones de euros en 2007), el Reino Unido ha pasado a suponer más de un tercio de todo el negocio del gigante eléctrico. La empresa dispone en el país de 6.465 MW de capacidad instalada y tiene previstas fuertes inversiones en los próximos años. El grupo que preside Ignacio Sánchez Galán destinará entre 2016 y 2020 unos 8.400 millones de euros de inversión en el país, lo que supone el 35% del total previsto por el grupo en ese quinquenio.
Eso da idea del compromiso de la compañía con el país. Galán ha querido dar un mensaje de tranquilidad a los inversores y también al país que ha decidido desconectarse de la Unión Europea: "Respetamos la decisión del pueblo británico. Queremos asegurar a nuestros clientes que sus necesidades serán, como lo han sido siempre, nuestro principal objetivo y que ScottishPower continuará invirtiendo en las redes y las energías limpias necesarias para asegurar el suministro en el Reino Unido”. Pero en el caso de que haya problemas en el Reino Unido, la energética apostaría por crecer más en su otro gran mercado internacional, Estados Unidos.
Y en Telefónica comienzan de nuevo a deshojar la margarita del futuro de O2, la poderosa y rentable filial británica de telefonía móvil. Tras ver frustrado el acuerdo de venta a Hutchison, el nuevo presidente de la operadora, José María Álvarez Pallete, se ha decantado por mantener al operador inglés bajo el perímetro del grupo y, como mucho, sacar al parqué londinense una participación minoritaria del grupo.
Telefónica deshoja la margarita de si mantiene sus planes de sacar a Bolsa Telxius y O2 o los paraliza por la inestabilidad en los mercados
Los analistas entienden que con la incertidumbre que se ha instalado en los mercados financieros tras el Brexit, una posible salida a Bolsa parcial de O2 no se producirá ni en el corto ni en el medio plazo. Pero Telefónica tiene que hacer desinversiones para adelgazar su abultada deuda y el Brexit también paralizará, al menos por ahora, el plan para la salida a Bolsa de Telxius, la filial de infraestructuras del grupo. En caso de caída del mercado británico, Telefónica goza de una gran diversificación de negocio en Latinoamérica (Brasil, México...) para compensar el impacto.
Mientras, Ferrovial tiene a Reino Unido como su principal mercado. La compañía ha señalado que continuará en el país desarrollando con normalidad sus actividades. Ferrovial cuenta con empresas de servicios como Amey y Enterprise, que le proporcionan una muy significativa cartera, superior a los 8.000 millones de euros. Sin duda, es uno de los grupos más afectados, en principio, por el Brexit, aunque también considera que la marcha del Reino Unido de la UE tiene factores que le pueden beneficiar, como es el caso de un posible incremento de la inflación, que repercutiría de forma positiva en sus negocios concesionales, cuyas tarifas suelen estar ligadas a la evolución de los precios.
No obstante, otro de los mercados importantes para Ferrovial es EEUU, donde cuentan con varias concesiones de autopistas. Además, recientemente se hizo con un contrato para la construcción de un tramo de alta velocidad en California. Sin duda, una plaza que podría ser un buen refugio en el caso de que los efectos del Brexit fueran peores de lo que Ferrovial espera.
Pocas compañías se atreverán a mirar al parqué en estos meses tan convulsos que acarreará la drástica decisión del electoral británico.
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