La batalla judicial que se está librando en Londres entre el Santander y Axa puede llegar a su fin antes de verano si el juez decide aceptar la inadmisión presentada por el banco, según reconoce la propia entidad en el informe anual de 2021. El 22 de marzo del pasado año, las filiales comunicaron la intención de defenderse de la demanda en su totalidad. Un año más tarde, el 22 y 23 de febrero de 2022, se presentó una solicitud de inadmisión ante el Tribunal Mercantil, que se resolverá en el segundo trimestre de este año, según las estimaciones del Santander.
La aseguradora reclama al grupo español 700 millones de euros por un litigio relacionado con seguros de protección de pagos (PPI) para los que apenas había provisionado 85 millones y ahora esa cifra se ha reducido a cero. El Santander decidió eliminar todas las provisiones porque la fecha límite para presentar reclamaciones venció el 31 de diciembre de 2021.
A pesar de ello, el grupo presidido por Ana Botín advierte de que en caso de que no sea estimada la solicitud de inadmisión anteriormente mencionada, existen todavía "cuestiones" que se tendrán que resolver durante la tramitación del juicio que pueden tener "consecuencias jurídicas", por lo que no descarta tener que volver a provisionar por este motivo.
Un pleito heredado del Santander
En julio de 2017, Santander UK le comunicó a Axa que sus filiales no aceptaban responsabilidad por las pérdidas derivadas de las pólizas PPI contratadas durante el periodo anterior a 2005. No obstante, las partes firmaron un acuerdo en el que el banco aceptaba tramitar las reclamaciones en nombre de Axa y esta aceptó pagar las indemnizaciones a los tomadores de las pólizas. El acuerdo incluía una moratoria (standstill agreement).
Tras la terminación de dicho acuerdo, el 30 de diciembre de 2020 la aseguradora comunicó a las filiales la finalización de la moratoria y requirió el reembolso por las pérdidas derivadas de PPI antes de 2005, cuyo importe se estima en 631 millones de libras (706 millones de euros).
Este es un conflicto que ha heredado el Banco Santander y en el que también está implicado el grupo estadounidense Genworth Financiak, al que la entidad española compró el negocio de tarjetas en 2008. El número de reclamaciones acumuladas desde el inicio del proceso, hasta el 31 de diciembre de 2020, asciende a 4,6 millones, independientemente de la probabilidad de que Santander UK incurra en responsabilidad, señala la propia entidad en su informe anual.
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