El Fondo Monetario Internacional (FMI) continúa su encuentro de primavera añadiendo más incertidumbre al escenario económico mundial.
Hoy le toca el turno a la situación de la banca y su relación con la deuda soberana, con la presentación del informe de estabilidad financiera que corre a cargo del español José Viñals. El informe nace ya casi como papel mojado ya que se elaboró alrededor de febrero, antes de la última crisis de deuda soberana española que ha tenido lugar en las últimas semanas. Con todo, el texto ya señala los principales riesgos que sufriría el sector financiero en caso de que se recrudeciese, como ha sucedido, la presión en los mercados de deuda soberana. Así, el equipo de Viñals, exsubgobernador del Banco de España, dibuja tres escenarios para las finanzas europeas: uno en el que se aborden medidas ambiciosas, como la de cerrar un cortafuegos "creíble" del fondo de rescate europeo, el final de la la reestructuración del sector bancario en la zona del euro, y la puesta en práctica de las sendas de consolidación fiscal en cada país; la segunda hipótesis contempla que continúe la situación actual y en un tercero escenario se estudian las consecuencias de que falle la implementación de las medidas anunciadas hasta ahora.
Este tercer escenario, el "débil", arroja unas cifras muy preocupantes sobre el sector financiero español. Así, el FMI recuerda que si los mercados internacionales de deuda se cierran, es la banca local la que tiene que comprar bonos soberanos para inyectar liquidez a los estados. En el caso de España, la banca española tendría que poner hasta un 4,5% del PIB de su "bolsillo" para cubrir las necesidades de financiación del Estado que ya no vendrían de los inversores extranjeros (que como mucho aportarían la cuarta parte de las necesidades de financiación gubernamentales). Esto significa que sino se toman las medidas adecuadas, las entidades de crédito españolas tendrían que "soltar" hasta 162.0000 millones de euros en sostener las finanzas públicas. En proporción respecto al PIB, España sería el tercer país más afectado por las malas políticas europeas, por detrás de Italia y Bélgica, aunque en términos absolutos, sería el segundo al que más subiría la factura de la inoperancia política. De continuar con el escenario actual, los bancos españoles tendrán que comprar bonos por valor del 3,9% del PIB y si finalmente se completa el elenco de medidas que el FMI considera necesarias, la cifra se reduciría hasta la compra de 107.000 millones de euros en deuda nacional. En este último caso, es decir, el del escenario político más favorable, los bancos españoles pasarían a ser de los que menos tendrían que aportar de sus activos para equilibrar las cuentas públicas, por detrás incluso de Francia o Alemania. El FMI recuerda que si los bancos tienen que dedicar sus recursos a comprar deuda soberana, no los pueden dedicar a sanear sus balances o a dar crédito, con la repercusión consiguiente en la economía real.
En conjunto, y utilizando el escenario "central" en el que Europa continuase con las medidas anunciadas hasta ahora, el FMI calcula que los 58 grandes bancos europeos tendrán que encoger sus balances en al menos dos billones de euros para poder completar la reestructuración del sector. Esto les supondrá deshacerse del 7% de sus activos para finales de 2013 lo que, según el Fondo, tendrá un fuerte impacto sobre el crédito. Así, al menos una cuarta parte de este "desapalancamiento", es decir, 500.000 millones de euros, se hará por la vía de reducir el crédito que llega a la economía real y el resto vendrá de la venta de acciones y otro tipo de activos. Según el cálculo de estos expertos, esto se llevará por delante el 1,7% del crédito que fluye en estos momentos en la zona del euro, y los más perjudicados serán las economías desarrolladas con altos tipos de interés, exactamente como España, donde el Fondo calcula que se cortaría al menos un 4% del crédito actual.
En el escenario más adverso, los bancos drenarían para 2013 hasta un 4,4% del crédito que circula en estos momentos en Europa y la economía se contraería en la zona del euro en otro 1,4% adicional para 2013. Es decir, que la zona del euro prolongaría su recesión al menos hasta 2014.
Por último, el Fondo hace una radiografía por países de sus niveles de endeudamiento, con ratios como la deuda de los hogares el sector financiero que ilustra con los colores de un semáforo, rojo, verde y amarillo. España comenzó la crisis logrando marcar en verde prácticamente todas las casillas, pero el deterioro del sector financiero español y de la deuda la han convertido ahora en el farolillo rojo, literalmente, de las economías desarrolladas del mundo. Según este último informe, solo el nivel de endeudamiento de la banca local (uno de los 13 ratios que se mide), da un respiro a las finanzas del país.
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