El Consejo de Ministros aprobará este viernes la creación de un fondo de 10.000 millones de euros, que dependerá la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), adscrita al Ministerio de Hacienda, y que permitirá que el Estado entre de forma transitoria en el capital de compañías privadas con la compra de acciones, deuda o cualquier otro instrumento convertible en capital.
Una vez aprobado el fondo, las empresas deben solicitarlo "como opción de último recurso", pero en todo caso deben ser "viables" y que los problemas de solvencia que atraviesen estén provocados por la crisis de la covid-19. Las empresas más afectadas por la pandemia -y que más están tardando en salir de la crisis- pertenecen a los sectores del turismo, transporte y automóvil.
En el caso del turismo, la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) estima que el sector se enfrenta a una caída de actividad este año de unos 83.134 millones de euros, con un retroceso del 54,5% sobre el año 2019, y 725.000 puestos de trabajo aún afectados al término del ejercicio. La patronal ha reclamado al Gobierno liquidez directa para las empresas en varias ocasiones, alertando del riesgo de quiebras, fundamentalmente de pymes y medianas empresas.
El Ejecutivo ya anunció hace unas semanas un plan para impulsar el sector turístico con 4.262 millones de euros, pero éste no incluye inyecciones directas de capital, sino un tramo preferente de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) por 2.500 millones, programas de formación y 'mentoring' y campañas de promoción de los destinos españoles. Exceltur reaccionó a estas ayudas asegurando que "es el momento de pasar de avales y préstamos a ayudas directas".
Las aerolíneas han accedido a avales del Estado por valor de entre 1.500 y 1.800 millones de euros
Así, previsiblemente el turismo será uno de los grandes beneficiados del nuevo fondo de rescate, también indirectamente a través del sector aéreo -clave en la cadena turística-. Las aerolíneas retoman lentamente el vuelo tras casi tres meses con la práctica totalidad de sus aviones en tierra y unas cuentas muy dañadas. Todas han seguido la misma estrategia: reducir costes, suspender la mayor parte de los empleos y solicitar ayuda a sus Estados.
Como en el caso de las empresas turísticas, en España las compañías aéreas han accedido a financiación avalada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por valor de entre 1.500 y 1.800 millones, pero el propio ministro de Transportes, José Luis Ábalos, asumía hace unos días que estas ayudas son "insuficientes" ante la crítica situación que afronta el sector y avanzaba un paquete adicional y "estratégico" para asegurar la solvencia de las aerolíneas, del que por el momento no se conocen detalles.
Iberia, una empresa clave
Iberia y su 'hermana' Vueling son empresas que suenan con fuerza para recibir esas ayudas directas del Estado. Ambas han aumentado su liquidez gracias a un crédito sindicado por 1.010 millones de euros avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), pero hace unos días el consejero delegado de la antigua aerolínea de bandera española, Luis Gallego, denunciaba públicamente la "desventaja" de Iberia respecto a otras aerolíneas europeas que han recibido más ayuda por parte de sus países.
Es el caso de Alemania con el gigante Lufthansa o de Francia y Holanda con Air France, con inyecciones directas de 9.000 y 10.400 millones de euros, respectivamente. El grupo franco-holandés está intentando bloquear cualquier posible ayuda de Bruselas a Iberia o Vueling cuestionando su "españolidad", tal y como informó Vozpópuli hace días. No obstante, el Gobierno ha mostrado en varias ocasiones su predisposición a ayudar a Iberia y también a su homóloga Air Europa, pendiente de ser adquirida por la primera.
Iberia cuenta con el 'colchón' económico del 'holding' al que pertenece, IAG, para sobrevivir. A finales de marzo, el efectivo total y las líneas de crédito no dispuestas del grupo -que también incluye a British Airways- superaba los 10.000 millones de euros. Sin embargo, la compra de Air Europa parte de la propia Iberia, que ahora renegocia las condiciones. En este sentido, fuentes del sector indican que existe interés en el Gobierno en que la compra se materialice y, de esta forma, ayudar a ambas empresas a la vez.
La automoción
Este fondo también podría ser un salvavidas para muchas fábricas de componentes que se han visto obligadas a cerrar por el coronavirus. Aún no está claro sí éstas empresas podrán acceder a los 10.000 millones de euros, pues muchas de las plantas afectadas pertenecen a compañías internacionales, por lo que no cumplirían con el requisito de ser 100% españolas. No obstante, al igual que pasa con el caso de Iberia, anteriormente mencionado, muchas de estas sí que tienen filiales españolas, por lo que podrían acceder a esta liquidez si fuera suficiente.
Los casos más evidentes son los de las fábricas de Nissan y Alcoa. El fabricante nipón tendría más problemas para acceder al rescate, pues el cierre de la planta catalana ya está en una fase muy avanzada. De hecho, la compañía ya ha presentado ante el departamento de Trabajo de la Generalitat el expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 2.525 trabajadores y cerrar sus plantas barcelonesas de Zona Franca, Montcada i Reixac y Sant Andreu de la Barca.
El caso de Alcoa, la situación es más favorable. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, declaró este jueves que estaría de acuerdo con una nacionalización de la planta de Alcoa en A Mariña (Lugo) durante un tiempo antes que su cierre. Si bien, el líder popular también destacó que hay otras opciones "más razonables" que incorporar esa fábrica al patrimonio público.
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