En los meses de febrero y marzo, el Banco de España publicó sendos artículos dedicados a la situación de deterioro de la salud de la población española en general y sus posibles efectos económicos a medio y largo plazo. En el segundo de los análisis se estudia la tendencia de reducción del número de horas trabajadas por ocupado en España, más de un 14% desde mediados de los años 80. En este trabajo se dedica un apartado a la posible relación de los efectos secundarios de la pandemia en la población trabajadora que justifiquen, aunque solo sea en parte, esa disminución de la actividad laboral.
La realidad es que en el año 2022, se perdieron un total de 86.561.610 días de trabajo por incapacidad temporal por contingencias comunes, sin contar a los trabajadores autónomos. Si añadimos los datos de los trabajadores por cuenta propia (176.065), los días de baja en 2022 ascienden a 85,73 millones.
Las contingencias comunes son definidas como alteraciones de la salud que no tienen condición de accidente de trabajo ni de enfermedad profesional. Como las define Asepeyo, son “accidentes o enfermedades no relacionadas con el puesto de trabajo”.
Los datos del pasado año contrastan fuertemente con los de los ejercicios anteriores y vienen a confirmar las sospechas de los especialistas sanitarios de la persistencia de algunos efectos secundarios relacionados con la Covid 19. El número de días de trabajo perdidos por enfermedades comunes fue en 2020, cuando se declaró la pandemia y el estado de alarma en todo el país, de 64,857 millones, 21,7 millones menos que en 2022.
Es decir, en el pasado año, con la normalización de la actividad económica y la anulación de la práctica totalidad de las restricciones, las bajas laborales se incrementaron en un 34,36%. Si la comparación se lleva a cabo con un año normal, como fue 2019, el incremento de días perdidos fue del 46,33%: 86,56 millones frente a 59,15 millones.
Es cierto que entre 2019 y 2022 el número de ocupados aumentó hasta niveles desconocidos desde hace 15 años, como consecuencia de la revitalización de la actividad productiva tras el parón de la pandemia, pero este crecimiento, por si solo, no explica el incremento de los días de baja laboral. En 2019, estaban ocupados en España 19,967 millones de personas y a cierre del pasado año, según la última EPA, había 20,464 millones. Son casi un 2,5% más, pero no es un porcentaje suficiente para justificar cómo se han disparado en los últimos tres años los días no trabajados.
El último Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) al que hace referencia el primer artículo del Banco de España deja claro que en los últimos trimestres se ha producido un aumento sustancial de la demanda de servicios sanitarios en nuestro país y el correspondiente incremento de las bajas laborales desde 2020. Destaca el simple hecho de que, como promedio, durante el pasado año, un 4,1% de los trabajadores ocupados declararon no haber trabajado en la semana anterior a ser entrevistados, ya fuera por enfermedad, incapacidad temporal o accidente.
En los últimos trimestres se ha producido un aumento sustancial de la demanda de servicios sanitarios en nuestro país
Según los datos de la encuesta del CIS, el 82,3% de la población tuvo consulta con el médico de cabecera a lo largo del pasado año. Son 12,1 puntos porcentuales más que el promedio de los años 2018 y 2019. En esos años, “solo” el 70,2% fue a la consulta de su médico de cabecera. El porcentaje de población que ha recibido la atención de un médico especialista en el pasado ejercicio se situó en el 63,9%, cuando en 2018-2019 se quedó en el 42,4%.
Las bajas por enfermedad están más extendidas en las mujeres que entre los hombres. De los 86,561 millones de días perdidos en 2022 por circunstancias sanitarias, el 67,8% (58,74 millones de días) correspondió a mujeres y el 32,2% restante (27,81 millones), a hombres. Esta proporción general del reparto en España no es nada homogénea en las distintas comunidades autónomas, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.
CCAA con más bajas
Mientras en Baleares y Cantabria los hombres han perdido más jornadas de trabajo que las mujeres (65,77% frente al 34,23%, en el caso de las islas, y 56,14%-43,86%, en el caso de la segunda), en Murcia la proporción es casi idéntica (49,12%-50,88%). En el otro extremo de la balanza se sitúan Aragón, con el 86,13% de las bajas en el colectivo femenino; Asturias (83,2%), Cataluña (79,1%) y Madrid (75,3%). Once regiones están por encima de la media nacional y sólo seis, por debajo.
Otro de los datos que ha hecho saltar las alarmas es la incidencia media mensual de las enfermedades comunes en el mundo laboral. Los datos del departamento que dirige José Luis Escrivá son suficientemente esclarecedores de la situación que se está viviendo desde la irrupción de la pandemia. Mientras en 2091, la incidencia fue de 24,57 trabajadores por cada mil habitantes (un 2,457%), el pasado año alcanzó la cifra de 32,53, es decir, el 3,253% de la población protegida. En 2021 se había situado en 25,11. El número de trabajadores protegidos por la incapacidad temporal en el régimen general de la Seguridad Social fue de 5,877 millones en 2022, cuando en 2019 fue de 5,146 millones.