Economía

Los semáforos estarán en el techo de los vehículos cuando llegue el coche autónomo

Ford experimenta con un sistema de luces sobre el techo de los coches para alertar a los peatones sobre las intenciones de un vehículo sin conductor

Los semáforos no tendrán sentido cuando llegue el coche autónomo. Las ciudades y los propios vehículos estarán llenos de sensores para saber dónde se encuentran coches y peatones.

La teoría dice que será el automóvil quien se detendrá de forma automática cuando detecte peatones en las inmediaciones. Algo que provocará la desaparición paulatina de los semáforos, toda vez que, además, el tráfico se controlará de una forma más inteligente.

Los vehículos autónomos estarán conectados a un sistema que sabrá dónde se encuentra cada uno de ellos, con lo que los trayectos se dirigirán de forma personalizada para el bien común. El objetivo será evitar los atascos y reducir los tiempos por trayecto.

Ford trabaja en la creación de un estándar de la industria para comunicar las maniobras de conducción. Para ello colabora con varios organismos del sector de la conducción

La norteamericana Ford investiga un sistema de comunicación lumínico que ayudará a disponer de más información cuando los semáforos caigan en desuso. El fabricante pretende mejorar la comunicación entre el coche y peatones, ciclistas o cualquier otro usuario de las vías y carreteras de las ciudades.

Las pruebas realizadas por Ford en Alemania

Para ello ya ha realizado pruebas en las que vehículos con un conductor humano camuflado circularon por las calles de Alemania. La sensación para el viandante es que el coche iba vacío. Sobre el techo del vehículo, una barra lumínica lanzaba destellos en blanco, púrpura y turquesa para indicar cuándo estaba en movimiento, cuándo a punto de parar para ceder el paso y cuándo a punto de circular.

Crear un estándar

Las luces se activaron hasta a medio kilómetro de distancia entre vehículo y transeúnte. Las pruebas realizadas demostraron que el 60% de las personas encuestadas, tras toparse con uno de estos automóviles, pensaron que se trataba de un coche autónomo. Ford asegura que las pruebas revelaron un alto nivel de aceptación y confianza en esta suerte de semáforos, lo que proporciona una base a partir de la cual los investigadores pueden desarrollar y perfeccionar el lenguaje visual en los coches autónomos.

Durante las pruebas también se barajaron otras ubicaciones para estas señales lumínicas, como la parrilla o los faros, además del techo. "El contacto visual es importante, pero nuestro estudio demostró que, en primer lugar, los usuarios de la carretera miran para ver lo que hace un vehículo. El siguiente paso es ver cómo podemos asegurarnos de que las señales luminosas sean más claras e intuitivas para todos", explica Matthias Beggiato, doctor en psicología con el que Ford ha trabajado en este y otros proyectos.

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