El Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE) asume que tardará como poco una semana en conseguir recomponerse del ciberataque sufrido este martes por un virus de la familia 'ransomware' denominado Ryuk, que funciona secuestrando datos privados de los equipos informáticos y pidiendo un rescate por ellos.
Las casi 800 oficinas del SEPE en todo el territorio nacional han tenido que interrumpir su actividad este martes, ya que el virus ha afectado a toda la red, lo que ha obligado a suspender todas las citas que tenía agendadas el organismo. Oficialmente, el SEPE afirma que sus equipos de informáticos están trabajando para identificar por dónde ha podido entrar el virus y cómo solucionarlo lo antes posible.
Sin embargo, de puertas adentro se muestran más pesimistas. Según ha podido saber Vozpópuli, las direcciones provinciales están informando a sus empleados de que el problema "tardará en recomponerse por lo menos una semana, tirando corto," y dan por hecho que este miércoles seguirá todavía sin red ni forma de conectarse para trabajar.
Fuentes conocedoras de la naturaleza de este tipo de virus informático, apuntan a este medio que la resolución del problema podría llevar entre dos y tres semanas, como ha ocurrido en casos similares en los que empresas privadas han sufrido ciberataques de este tipo.
Pautas para la plantilla
Los trabajadores del SEPE han sido informados del protocolo que deben seguir este miércoles para evitar que el problema se agrave.
A primera hora, tendrán que hacer un inventario del número de equipos infectados, entre los que deben incluir no solamente aquellos cuyos archivos hayan cambiado de extensión a '.ryk' -la que presentarán los ficheros dañados-, sino también los equipos que arranquen mal o se queden parpadeando sin encenderse.
La dirección les ha advertido también de que no deben hacer copias de ficheros, ni tampoco deben mantener los ordenadores encendidos más del tiempo suficiente para comprobar si están infectados.
Más allá del propio ataque y sus repercusiones, que tendrán que ser gestionadas por la dirección, la plantilla de trabajadores del organismo está muy preocupada ya que si la imposibilidad de trabajar se extiende durante más días, la carga de trabajo seguirá amontonándose en sus mesas.
Problemas para las nuevas prestaciones
"Todo el trabajo que no hemos podido hacer hoy a nivel nacional podríamos repartirlo en lo que resta de mes para poder tramitar a tiempo todas las nuevas prestaciones, pero si el problema se alarga, no se van a poder abonar el 100% de las nuevas prestaciones el mes que viene", advertía este martes un trabajador del organismo a este medio.
No obstante, su director general, Gerardo Gutiérrez, no reconocía este riesgo en una entrevista en la Cadena SER, en la que aseguraba que las prestaciones se están abonando y se seguirán abonando con total normalidad.
El incidente informático de este martes da la puntilla a un ente que lleva desde que irrumpió la pandemia en situación de colapso.
Además de que su volumen de trabajo se ha disparado por la tramitación de prestaciones relacionadas con la crisis -desempleo ligado a despidos y Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), subsidios extraordinarios para empleadas del hogar, cese de actividad para autónomos, etc.-, el SEPE venía de la crisis anterior con una plantilla mermada y denunciaba además estar trabajando con unos equipos informáticos obsoletos, con una media de 35 años.
La acumulación de trabajo es tal que las citas previas se están dando con un retraso de hasta tres meses en algunas ciudades de España, de ahí que los propios funcionarios del SEPE hayan pedido permiso al Ministerio de Trabajo para trabajar también en horario de tarde y poder sacar expedientes adelante, una petición que la cartera de Yolanda Díaz no ha autorizado.
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