Colas de entre cinco y quince personas, desesperación, hartazgo, funcionarios al límite... Las oficinas en Madrid del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que estos días tramitan millones de solicitudes de prestaciones de desempleo, han abierto este lunes por vez primera desde el decreto del estado de alarma.
A pesar de que la Comunidad de Madrid decidió, tras solicitarlo los empleados públicos, doblar la seguridad privada de las oficinas, no se ha registrado ningún altercado, según confirman fuentes sindicales a Vozpópuli, que advierten, no obstante, que la situación podría variar en los próximos días.
La queja más destacada de los que hoy se han acercado a las oficinas para informarse o firmar sus prestaciones de desempleo ha sido sobre la atención telefónica: no funciona, y solo es posible solicitar cita previa (indispensable) a través de Internet.
Los testimonios de las personas que han acudido a las oficinas de desempleo dan cuenta de la situación dramática que viven muchas familias españolas en la actualidad por el impacto de la pandemia en la economía.
Las oficinas del SEPE atienden a más de seis millones de desempleados mensualmente con una plantilla de 6.000 personas
"Formen una fila por favor, mantengan la distancia; sin mascarilla no es posible entrar", advertía pasadas las 9 de la mañana un empleado de una empresa de seguridad en la puerta de la oficina del SEPE situada en el barrio de Sanchinarro. Un grupo de unas siete personas aguardaba desde esa hora su turno para entrar.
"No se cómo hablan de la renta mínima universal, si no consiguen pagarme el paro", se quejaba Esperanza Cordido, que ha perdido su empleo recientemente. "Hice la solicitud el 10 de junio, pero no me han llamado. "Es una vergüenza, para pagar impuestos sí que funciona todo, y los bares abiertos, pero no para esto", lamentaba. "Tengo unos ahorros y puedo aguantar todavía, pero tengo muchos conocidos que no podrán hacerlo".
"No funcionan los teléfonos, es todo muy complejo", comentaba José García, que esta mañana se ha acercado a la oficina del SEPE situada en la calle O'Donell. "Me quedé hace un mes en paro, y hace un par de semanas me operaron", decía señalando una sonda que le recorre la pierna izquierda. "No he conseguido hacer nada, por eso he venido, para que me lo expliquen, pero me dicen que necesito cita previa, y no puedo lograrla por teléfono; echo de menos la atención telefónica, por Internet no me entero", se quejaba.
"Pedí cita en mayo y me dieron para el 9 de agosto, pero he venido hoy para ver si pudiera cobrar el paro de julio, que no lo he cobrado", contaba Pilar Ramón, profesora, ante la oficina del SEPE situada en la calle Miguel Yuste. "Me dicen que sin cita previa no me atienden, pero no funciona la atención telefónica".
"Es un desastre, no funciona, me saqué el DNI electrónico para poder solicitar la prestación por desempleo, estuve tres horas para hacerlo, luego he ido a la web del SEPE pero no he podido hacer los trámites, por eso me he venido a la oficina, pero sin cita previa no me atienden", explicaba Maribel Fernández en la puerta de la oficina del Sepe en la calle Méndez Álvaro.
"Entendemos el hartazgo de la gente", comentan fuentes del sindicato Csif, mayoritario en la Administración pública. "Lo hemos ido advirtiendo durante años, que tenemos poca gente y muy pocos medios, con sistemas informáticos de hace décadas, y cuando ha estallado la pandemia se han visto entonces los descosidos", indican. "Estamos trabajando a destajo, aunque las oficinas han estado cerradas hasta ahora, los funcionarios no han parado de trabajar tramitando solicitudes de desempleo, ERTEs...".
De acuerdo a datos del Csif, el número de prestaciones por desempleo aprobadas el pasado mes de abril ascendía a 3,34 millones, frente a las 511.848 de abril de 2019. El sindicato asegura que en la actualidad las oficinas del Sepe atienden a más de seis millones de desempleados mensualmente con una plantilla de 6.000 personas.
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