España tiene un problema de agua. Aunque esta 'mala suerte va por barrios' o, mejor dicho, por regiones. Un total de seis cuencas hidrográficas cuenta en este mes de mayo con una mejor situación que hace un año, cuando la voz de alarma política con la sequía no sonaba tan fuerte. Una cifra que, en términos total, refleja que un 37% de las cuencas españolas tienen más agua embalsada que en 2023.
España cuenta a 8 de mayo de 2023 con un 48,90% de su capacidad de agua embalsada. Los datos de la web especializada embalses.net con datos del Ministerio para la Transición Ecológica, AEMET y SAIH Confederaciones muestra que, la misma semana de 2022, esta cifra se situaba en el 50,74% y la media de los últimos 10 años alcanza el 68,53%.
Unos datos preocupantes que no preocupan tanto, por ejemplo, en Galicia. La cuenca de Galicia costa ha aumentado al 84,5% desde el 70,03% del año pasado y la de Miño-Sil pasa del 55,28% de 2022 al 74,28% de 2023. Pero existen otras cuencas que han mejorado más allá de Galia. La cuenca del Duero pasa del 57,89 al 67,2% actual; la del Tajo, del 50,47 al 59,96%; la del Cantábrico Occidental, del 68,16 al 82,24%, y la del Guadiana, pese a la política, registra un leve aumento del 32,32 al 32,87%.
Una mejora de esas regiones que evidencia que el año pasado la situación era, como mínimo, similar. Frente a las dificultades en las cuencas de Andalucía y Cataluña, otras, como la del Segura, que tradicionalmente tenían problemas, están en buenas condiciones. Y hay grandes diferencias entre municipios, sobre todo entre grandes y pequeños.
La alerta roja está concentrada, a mayo de 2023, en dos cuencas: Cataluña interna y el Guadalquivir. En el primer caso, su porcentaje de agua embalsada se sitúa en 25,55% frente al 59,82% de 2022 y, en el segundo caso, su caída es del 32,58 al 24,37% actual. Ése es el motivo por el que ambas regiones sean las más beneficiadas de los 2.190 millones de euros que el Gobierno ha anunciado para afrontar esta crisis. Una diferencia con el resto de España que, si se tiene en cuenta los datos de Ministerio, 10 de las 16 cuencas superan en estos momentos el 50% de agua embalsada.
La sequía golpea más a la España vaciada
Si cada cuenca tiene su propia historia, cada localidad tiene diferente herramientas para afrontarlo. Gonzalo de la Cámara, director del IE Centre for Water & Climate Adaptation, señala que una de las dificultades del modelo español es la competencia municipal sobre el suministro, cuando España es el tercer Estado miembro con más municipios, más de 8.000, y la mayor parte de ellos de menos 10.000 habitantes, e incluso 5.000, especialmente en la España vaciada, con una capacidad real de gestionar limitada, frente a los grandes, muy bien organizados.
En municipios pequeños no hay grandes empresas del agua, sino servicios municipales a veces con muchas posibilidades de mejora. Es en estos donde se prevén cortes a determinadas horas, por ejemplo, entre 22 y 10 horas. En paralelo, en la comarca de Los Pedroches, en el norte de Córdoba, se ha declarado el agua como no apta para el consumo humano en abril. Emproacsa (Aguas de Córdoba) suministra agua en cisternas a vecinos e industrias.
En las grandes ciudades, hay modelos muy diferentes; en Valencia y Barcelona, mixto; en Bilbao y Madrid, público, que "funcionan muy bien". "Cuando coges escala, te quitas riesgos, baja el coste unitario, siempre soy partidario de ir a fórmulas de agregación", señala De la Cámara.
Con todo, dos capitales de provincia han tenido problemas de suministro en verano, Vigo y Orense, en lugares en los que tradicionalmente no hay sequía. E incluso una gran ciudad "muy bien gestionada" a ojos del experto del IE se encuentra presionada, Barcelona.
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